Acabo de despertarme de mi siesta diaria,
lo he hecho angustiado y empapado en sudor por un sueño.
Estoy pensativo en mi habitación sentado frente a la ventana.
Son las tres de la madrugada y no puedo dormir. Sin darme cuenta mis ojos empiezan a vagar a través de la ventana. Poco a poco me habitúo a la oscuridad y mi mirada se para sobre la ventana de una casa vecina.
En su interior algo se mueve, la ventana se abre, dos sombras forcejean en la oscuridad. Una de ellas cae empujada a través de la ventana. Está muerta.
Me he quedado perplejo, no sé que hacer. Me doy cuenta que la luz está encendida e ilumina parcialmente mi habitación, me lanzo rápidamente hacia el interruptor.
Fuera en la calle unas farolas dejan mi cuarto en penumbra.
Sigo observando la habitación que queda frente a la mía, entre las sombras descifro a un hombre de mediana estatura y no demasiado corpulento. Noto como me mira y sonríe mientras un frío irracional recorre todo mi cuerpo. Estoy seguro, me ha visto. No creo que tarde mucho en venir por mí. Estoy solo en una casa de las afueras y sin teléfono.
Aterrorizado y sin saber que hacer intento mantener la cabeza fría para buscar una solución. Pero solo existen dos posibilidades: esperar aquí y hacerle frente o salir a la calle a las 3 de la mañana en busca de ayuda.
No sé si he hecho bien, pero he salido a la calle, esta vacía y las pocas casas de los alrededores parecen estar vacías. Me alejo lo más posible de la zona del asesinato. Estoy un poco más tranquilo, no creo que me haya visto salir.
He llegado hasta un parque no muy lejos de allí. Éste también está vacío, pero creo que hay alguien observandome. Vuelve a mí aquella sensación irracional. Empiezo a andar rápidamente hacia una vieja fábrica abandonada, no deseo comprobar quien me observa.
Ahora estoy seguro es él, le he visto sonreír otra vez. Es un hombre de unos treinta años y parece más fuerte de lo que la oscuridad me había dejado entrever.
Empieza a correr hacia mí, consigo entrar en la fábrica sin que me vea. Está prácticamente vacía, solo quedan algunas viejas máquinas, unas escaleras que van al sótano y otras que llevan hacia la segunda planta. Subo. La fábrica esta prácticamente derribada a excepción de un par de columnas y de muros.
La luz del parque entra débilmente por unas ventanas. Me asomo a una de ellas y veo como el asesino intenta pasar por una puerta cerrada, quizá no encuentre el hueco por el que yo entré y me busque por otro lado. De cualquier manera intento encontrar un lugar donde esconderme.
Oigo ruidos en la habitación de abajo. Ha encontrado la entrada. Empiezo a creer que no ha sido una buena idea esconderme aquí.
Cojo una barra de hierro del suelo y me pongo detrás de unos muros junto a la escalera.
Solo oigo sus pisadas y a mi corazón bombeando continuamente, ambos sonidos se entrecruzan resonando insistentemente en mi cabeza. Sus pisadas están cada vez mas y más cerca, la adrenalina empieza a segregarse por todo mi cuerpo, ya está aquí. Un momento de éxtasis inunda mi mente, me hace sentirme totalmente seguro de mí, no tengo miedo.
Salto de mi escondite y mientras observo su cara de sorpresa golpeo sus extremidades una y otra vez. Ha caido al suelo y yo sigo lanzando golpes hacia su cabeza y hacia su cuerpo. La sangre salta por todos lados, salpicando mi ropa. De repente se vuelve hacia mí con la cara bañada en sangre, me mira y sonríe de aquella manera que tanto me aterrorizaba. Dejo caer la barra junto a mis pies al tiempo que me apunta con una pistola que yo no había visto.Me quedo mirando perplejo su mano, que lentamente hecha hacia atrás el gatillo. Suena una detonación, que marca como si de un conmutador se tratase la vuelta al mundo real...

[spoil][img]http://2.bp.blogspot.com/_InVcLGVMUOI/SvwwEGaXuZI/AAAAAAAAAGM/a3Sf2JRD-qw/S1600-R/tit.jpg[/img][/spoil]