Ni que decir tiene que el proceso es
terriblemente detallista y largo, ya que el sistema da de sà para hacer
edificios de lo más completos, aunque es más que probable que echemos
tardes enteras diseñando un contenedor de unos simples aseos. Por suerte
para los más impacientes, el juego es compatible con la Steam Workshop,
y creedme, hay montones de gente compartiendo sus propias creaciones
para poblar nuestro zoológico con ellas, más de 11.000 planos en el
momento de escribir este análisis. Seguramente no quedará tan
cohesionado como si lo construyésemos nosotros o si desbloqueásemos
directamente una colección de planos temáticos, pero oye... es
preferible a la alternativa, sobre todo si no disponemos del tiempo
necesario.
EconomÃa, investigación, desastres...
Como
decÃa antes, la complejidad y profundidad que esconde el tÃtulo a la
hora de tratar con los propios animales y sus necesidades se expande al
aspecto más comercial de la gestión del parque. Podremos realizar el
mismo seguimiento con cada uno de los visitantes de nuestro parque, que
son, al final, quienes llenarán nuestras arcas para poder seguir
ampliándonos. En este sentido, el juego cumple lo que ya se sabe de este
tipo de tÃtulos. Debemos asegurarnos de ofrecer aseos a los visitantes,
asà como lugares donde descansar, comer, beber y donde poder malgastar,
ejem... poder hacerse con recuerdos de nuestro fantástico parque u
ofrecer donativos. No obstante, no sólo tendremos que preocuparnos de
obtener dinero para financiar nuestras instalaciones y la compra de
nuevas especies e individuos, sino que también tendremos que trabajar en
una faceta menos valorada de los zoológicos. Por supuesto, me refiero a
su componente educativo y regenerador.
Simbolizando nuestro buen
hacer en este sentido, tendremos un segundo tipo de moneda, la
conservación, que ganaremos cuando realicemos actividades educativas
para los visitantes, para que aprendan algo sobre los monos que están
viendo, en lugar de simplemente reÃrse con ellos. También ganaremos
puntos de conservación si criamos animales en cautividad para repoblar
las especies y los liberamos después en sus hábitats naturales, siempre y
cuando estén en las mejores condiciones para procrear y volver a llenar
de vida los parajes que estamos destruyendo los humanos. Este pequeño
toque le da un punto más trascendental a todo el juego, ya que si bien
realmente no estaremos haciendo nada por el auténtico medio ambiente,
creo que más de uno caerá en una serie de cuestiones sobre los
zoológicos que, hasta ahora, simplemente ignoraba. Y tanto si nos gusta
como si no el sistema, no tendremos más remedio que hacernos a él, ya
que no podremos conseguir algunas especies salvo que las paguemos con
puntos de conservación, asà que...
Una elevada curva de aprendizaje
También
tendremos que cuidar a nuestros recursos humanos, mantenerles
contentos, con tareas bien delimitadas para poder gestionar de la forma
más eficiente el parque. Desde veterinarios para investigar nuevos
juguetes para los animales o capturar a animales que se escapen de sus
hábitats a guardias de seguridad que cuiden nuestras instalaciones
contra los inevitables gamberros, sin olvidar que podremos
microgestionar la tarea de cada trabajador del parque para tener
cuidadores especializados en mantener a esos lémures siempre alimentados
y sanos, por ejemplo.
Insisto en que cada apartado del juego
cuenta con una profundidad que hará las delicias de los gestores más
detallistas, y que pondrá a prueba la paciencia de los más simplistas,
ya que no tendremos opción de automatizar parte de todo este barullo de
opciones. Nada de esto será un problema al comenzar el modo carrera, al
igual que sucedÃa con la construcción de edificios, pero no tardaremos
en comenzar la creación de zoológicos de cero. Y ahà es cuando nos
daremos cuenta de qué poco hemos aprendido en el tutorial, y cuánto nos
queda por delante ya no para tener un zoo bonito como los que hay en las
capturas de pantalla del tÃtulo o en los niveles anteriores... sino
para siquiera mantenerlo en funcionamiento o que no se nos venga abajo
enseguida por falta de presupuesto, o por manifestantes en contra de las
condiciones bajo las que tenemos a los animales, o mil problemas que
nos surgirán.
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