por Raistlin Majere » 23-12-2005 13:41
[quote="Culex"]Es una peli muy entretenida. Las 3 horas ni las senti me sorprendi al ver mi reloj al salir...
Pero vamos, no es una obra maestra, si es una gran pelicula que ademas tiene algo superior a muchas, un antecedente impresionante; pero esta llena de detalles erroneos, en cada escena hay pequenas fallas, algunos detalles eran mayores a otros pero sin duda no reflexionaron mucho acerca de ellos, error tras error, menores cierto, pero que se dejaron pasar a la ligera.
Sin duda esos detalles no hacen que sea una mala pelicula ni mucho menos, sin duda tiene una gran historia de amor en ella, como ya dije la pelicula es amena y pasa el tiempo de una manera rapida y fluida. Pero esos detalles hacen la diferencia entre una gran obra maestra.
PD. Checaron a los Ronaldhinos???

¿Podrías citarme esos "supuestos" errores que van aglutinándose durante todo el metraje?Yo no los detecté. Artísticamente me pareció una película practicamente perfecta, con planos muy bien llevados y unos efectos especiales espectaculares. Argumentalmente tampoco detecté errores, el guión es muy fiel la original de 1933.
Por otra parte he encontrado en el Diario Vasco una crítica con la que estoy completamente deacuerdo, la reproduzco:
aKongojante
Si King Kong fue designado como la octava maravilla del mundo, Peter Jackson logra otra maravilla, sea el número que sea: tomar una película tan mítica, intocable y fascinante como el King Kong de 1933, tratarla con tanta delicadeza y respeto como el gran gorila a su amada, y emprender su propia aventura para entregársela a las nuevas generaciones con la solidez de un clásico y con la actualidad de lo nunca visto. Sólo alguien como Peter Jackson, con un conocimiento y un amor hacia el filme original podía ser respetuoso a fondo pero sin necesidad de ser servil: es como el hijo que lo ha aprendido todo del padre, y desde lo asimilado, labra su propio camino. Peter Jackson mima cada detalle de los que han hecho de King Kong el mito que es, y aporta su dosis de epopeya y realismo, que no enmienda la plana al original, sino que continúa dotando de nuevas grandezas y emociones al mito.
El nuevo King Kong es una aventura de tomo y lomo, que atrapa desde el primer momento y sólo puede ir en crescendo. Peter Jackson, alimenta el mito aportando retazos de otros clásicos de la aventura, colocados estratégica y sutilmente, no para hacerse el listo, sino para vivir la aventura con mayúsculas. Así, El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, La isla misteriosa de Jules Verne e incluso algo de Capitanes intrépidos de Rudyard Kipling, emergen con buen gusto en una devoción por la aventura que Jackson practica, sobre todo, construyendo un relato vivo y absorbente de principio a fin. El primer acierto es retomar el Nueva York de los años 30 del filme de Schoedsack y Cooper, y no tratar de buscar la modernidad por la vía del futurismo digital. Los efectos especiales son constantes, pero no para hacer alardes, sino para crear lo que aparece como una realidad tangible, aunque sea una maravillosa fantasía. La recreación del Nueva York de los años 30 es prodigiosa, por lo visual, pero también por las pinceladas de la época de la Depresión, del mundo del teatro y el vodevil, que hacen que todo lo anterior a la llegada a la Isla Skull ya resulte apasionante. En el corazón de la aventura, Jackson construye los vestigios de una extraña civilización y una naturaleza devoradora con sus mejores dotes para el terror. El ritmo no decae ni por un momento, sin necesidad de montajes frenéticos, sólo a base de crear una situación tras otra a cada cual más absorbente, desde la primera aparición de Kong a la batería de dinosaurios y bestias que dejan a Parque jurásico en pañales, y protagonizan un alucinante encadenado de estampidas, peleas y ataques al grupo humano con una tensión infalible.
Jackson realza el emocionado homenaje al cine a través del emprendedor y exprimidor Carl (Jack Black confirma el gran actor que es), no ahorra el drama humano con toda su crudeza (las muertes se sienten de verdad), utiliza el humor sólo lo justo y sin chistecitos, y se explaya en la antológica historia de amor entre la chica (estupenda Naomi Watts y sus grandotes ojos) y el gran gorila. En esta ocasión el hecho de conocer cómo es y cómo acaba la historia no es un handicap, sino un aliciente, imaginando los momentos fastuosos que aún están por llegar. Peter Jackson tenía razón, merecía la pena volver a hacer este King Kong de movimientos impresionantes, de gestos conmovedores (ese rostro agotado, después de la gran pelea), acongojante tanto cuando muestra su bestialidad como cuando revela su sensibilidad y delicadeza, fieramente humano, hermoso y trágico, viviendo más allá del tiempo, abrazando el cine primitivo y el cine digital, logrando el gran espectáculo, el que te mantiene aferrado a los brazos de la butaca y te devuelve exahusto y satisfecho.
¡Sacúdete el miedo! ¡Mira al frente! ¡Avanza! Nunca te detengas. Retrocede y morirás. Duda y morirás.