La espera se ha hecho eterna, pero ya está aquÃ. De la mano de Sony nos llega la sorpresa del año. Un juego que nos pone en la piel del general Kratos en una aventura ambientada en la Grecia mitológica.
Sony Computer Entertainment inició su andadura en el mundo de los videojuegos con su Play Station. Con suma rapidez eliminó de un plumazo su competencia más directa- Nintendo- y se hizo con el mercado de sobremesa. Por aquellos dÃas de gloria Sony confió muchÃsimo en los grupos de desarrollo que programaban para su consola, que eran en su mayorÃa "third parties". Sus estudios internos apenas se dedicaron a hacer juegos (con las excepciones de tÃtulos como Medievil o Gran Turismo-Polyphony Digital-). Con el paso de generación y la llegada de Play Station 2 la cosa dio un giro de 180 º y Sony Computer Entertainment comenzó a tomarse en serio el diseño de juegos. Esta fue una de las mejores decisiones que podÃan tomar, pues dÃa a dÃa se ha podido ver como los estudios de la compañÃa nipona ponen empeño en hacer las cosas bien. Fruto de este empeño han nacido excelentes juegos como la saga Yak, Forbidden Siren (un juego de terror psicológico muy al estilo del cine nipón de este género) o el grandÃsimo "Ico", que ha hecho las delicias de millones de jugones (curiosamente actualmente es muy difÃcil conseguir una copia de este tÃtulo).

Actualmente los videojuegos facturan en nuestro paÃs incluso más que el cine. Eso ha dado lugar a que las compañÃas de videojuegos inicien una fuerte campaña de publicidad y marketing para todos sus productos. Ya no es raro ver el enorme póster de un juego pegado en las paradas de autobuses, o a los Pokémon danzando en un anuncio de televisión. Tampoco es nada extraño observar enormes patrocinios (como Play Station 2 en las pancartas móviles de la Champions League) o grandes juegos convertidos en pelÃculas de cine (en su mayorÃa poco afortunadas). Entre toda esa maraña de juegos contagiados por el "hype" de la publicidad y de las engañosas declaraciones existen algunos que logran escurrirse de todo este mundillo gobernado por el ansia de vender; God of War es uno de esos afortunados.
God of War llegó a mis oÃdos (a mis ojos más bien) por casualidad, leyendo un avance en cierta página web americana. En esos momentos no le hice excesivo caso, aunque si que me gustó lo poco que pude ver. Cuando los meses fueron pasando, empecé a escuchar las primeras crÃticas y pronto descubrà que lo que se fraguaba en el seno de los estudios de Santa Mónica (CA) de Sony Computer Entertainment América iba a ser grande, muy grande. No me equivoqué. El juego apareció sin apenas publicidad, entro tÃmido en el mercado pero pronto caló tanto en el público como en la crÃtica especializada. Esto demuestra que un juego bueno no tiene porque estar siempre expuesto a la publicidad y a lo comercial. Tampoco es verdad que la calidad de un juego venga determinado por las unidades vendidas. En ocasiones hay juegos que pasan sin pena ni gloria (no ha pasado esto con God of War) por el mercado a pesar de la indudable calidad.
God of War es un juego ambientado en la Grecia mitológica más cruenta y oscura. Una Grecia protagonizada por las ansias de poder de los dioses donde sólo hay guerras y muerte. Olvidaros por tanto de esa Grecia democrática y civilizada donde los niños aprendÃan en manos de filósofos sabios como Aristóteles y mantenÃan una seria disciplina hacia la música…aquà sólo hay espadas, sangre y dolor.
El juego en sà no ofrece algo realmente original. Es un tÃtulo de acción (beat´em up) como muchos otros de la competencia. No obstante ofrece calidad en todos los apartados y un increÃble abanico de posibilidades gracias a la acertada mezcla de géneros. Por lo tanto no todo lo que haremos con Kratos será matar y matar, también habrá tiempo para resolver puzzles o realizar saltos al más puro estilo plataformero. También tiene ciertos toques de rol en el sistema de subida de nivel de las armas/magia por medio de los orbes rojos (que funcionan como la experiencia).
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