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No obstante, Guns of the Patriots ofrece cambios más tangibles que meros concepto de juego: el sistema de apuntado ha sido re-visionado imitando la cámara en el hombre tan popular en los últimos años, el arsenal de armas se ha multiplicado hasta el infinito (pudiendo comprar nuevos objetos en tiempo real) el octocamo, nuevo "gadget" del espía es un traje ajustado a la piel que permite mimetizarnos con el entorno (una evolución tanto en sentido figurativo como en términos prácticos del sistema de camuflaje de "Snake Ester"), un aura que nos indicará la posición, cercanía y peligro del enemigo y el enigmático parche (que sirvió como marketing viral sobre si Solid Snake sería realmente Big Boss) que nos permite obtener información enemiga o una visión de infrarrojos.
Pero este es sólo el principio. Mark II, un Metal Gear a pequeñísima escala nos permitirá ver que sucederá en la siguiente sala de completo incógnito, podremos elegir si ocultarnos, reptar, rodar con un barril, pelear, realizar CQC (pudiendo disparar, aturdir, eliminar o simplemente cachear a nuestros enemigos) incluso, completar el juego sin eliminar a ni un solo soldado (característica que se mantuvo desde Sons of Liberty).
Una libertad de acción (no de desarrollo, continúa con los derroteros lineales que le corresponde) que otorga cierto brillo oriental a un género (finamente, marines uni-neuronales que se endosan toneladas de pólvora como dementes…) que necesitaba, a toda a costa, recibir una dosis de carisma y buen diseño.
Lamentablemente, no todo iba a ser un camino de rosas. El concepto primigenio ha desaparecido por completo (recuerden, año 2005, primeros trailers, "No hay lugar para esconderse) insinuando que cualquier escenario sería destruible por los Gekko en cualquier momento. Nada de eso ha permanecido, a excepción de unos cuantos scripts más que sonrojantes por resultar la plasmación videojueguil de un gatillazo en toda regla. Los jefes finales siguen siendo apasionantes y algunos verdaderamente indescriptibles, pero el equipo "Beauty & Beast" no tiene el carisma de los personajes de la patrulla de The Boss en "Snake Eater" ni combates tan originales como los del primer Metal Gear Solid.
Técnicamente el juego sigue estando en el paradigma de la nueva generación. Excelente diseño, modelados sólidos completamente coherentes con el entorno, sistema de partículas vivo y un sin fin de destalles artesanales que justifican más de tres largos años de desarrollo y trabajo. No obstante, tan sólo logra destacar en aspectos puntuales como las expresiones faciales (las femeninas en concreto son verdaderamente fascinantes), ya que ha perdido fuerza respecto a los primeros vídeos mostrados (por el desproporcionado paso de los años, principal factor de la vanguardia tech), algunas texturas que no están a la altura y la ausencia de 60fps de forma estables (tan sólo en pasillos y momentos puntuales). Por motivos de puro marketing (lanzar en dos blu-ray el juego estrella para PlayStation 3 da mala imagen al formato y a las promesas de "infinito almacenamiento"…) el juego tan sólo ha podido llegarnos en un blu-ray, lo que limita los idiomas y obliga al título instalar hasta durante cinco ocasiones interrumpiendo la partida (esperemos, primer y último caso de la consola).
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