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La verdad es que aunque la trama no parezca muy profunda la idea en principio, y más tras ver sus espectaculares gráficos, plagados de efectos de luz y de elementos en tres dimensiones, resulta altamente tentadora, pero nos encontramos con uno de los títulos protagonizados por Sonic que más criticado ha sido desde hace mucho tiempo, las malas opiniones no se han hecho esperar y la verdad es que choca que después de haber visto unas cuantas pantallas con esa viveza crómica y esos sprites tan atractivos reciba esos comentarios, pero en cuanto pasamos unas cuantas fases entendemos a que se refieren los demás medios tildándolo de tal mediocridad. Y es que es un juego que empieza dejando buen sabor de boca por su regustillo a clásico, con innumerables guiños a anteriores entregas y acaba siendo un título en el que no se disfruta al jugar, no se disfrutan los escenarios por que aún a pesar de su detallista acabado gráfico, no podremos interactuar a placer con ninguno de los elementos que están a nuestra disposición, ya que constantemente tendremos que estar pendientes de la posición de nuestro rival, y de sus despistes. Esto nos dejará un tiempo prácticamente nulo para prestar atención a todo el recorrido, que será, dada nuestra velocidad, mero decorado.
Otra de las pegas es que nuestra suerte en cada carrera no la decidirán nuestras habilidades, sino que todo será fortuito y tendrá más que ver con despistes del contrario y con el buen empleo de los ítems que con nuestra propia destreza. Pero bueno desgranemos ya este UMD, ya que como hemos dicho cuenta con atractivos, aunque no sean los suficientes en líneas generales.
Como ya hemos dicho en el apartado gráfico se haya la mayor baza de este pequeño disco, y durante un rato vamos a poder hablar sin usar adjetivos negativos, y es que esta vez las calificaciones son más que positivas: vistosidad y brillantez describen el entorno gráfico de este juego, si bien como ya hemos dicho apenas podremos disfrutar de los entramados que forman cada pantalla, estos no perderán nunca su definición por muy rápido que circulemos. La consola trabaja todo el rato a una cantidad de frames por segundo más que envidiable, y gráficamente estamos ante la mejor adaptación portátil de cuantas se han hecho, el acabado del diseño de los personajes luce un acabado más que llamativo, y se hace gala de una paleta crómica rica en matices ácidos con colores vivos y compactos. Por muy rápido que vayamos no apreciaremos molestos efectos de ghosting y la resolución no perderá un ápice de eficiencia, además con esta buena maquetación gráfica los elementos importados de los Sonic de la vieja escuela están presentados de mejor manera que nunca (lástima que muchos detalles a veces pasen desapercibidos).
Aunque muchos conocemos la faceta rockera de Sonic la banda sonora está compuesta plenamente por música electrónica, con algún tímido riff guitarrero. Como ya hemos dicho cajas y bombos han acompañado siempre a las fases por las que el erizo ha circulado, los FX se limitan a ser correctos, pequeñas explosiones y fogonazos, gritos y el pronunciamiento de sus nombres por parte de los personajes y poco más que resaltar, ya que no incluye voces, tan solo las citadas onomatopeyas.
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