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Por el lado contrario, diré que es a veces repetitivo, como demasiados "copy/paste" para habitaciones similares y cosas así. No tolero nada uno de los escenarios del juego, donde tenemos que avanzar por unas pasarelas y al fondo sólo hay… oscuro, negro, abismo, cuando realmente hay más escenario que no habría sido muy difícil añadir, habría sido más espectacular.
Otra cosa que no me ha convencido, son las sombras. A estas alturas no se puede perdonar que un juego de survival horror, donde el uso de la luz es tan importante, tenga mala iluminación. Las sombras tiemblan y a veces ni siquiera existen, así como dependiendo de dónde te coloques, la sombra aparece de repente o se sube por la pared dando saltitos, o simplemente no sube. Esto me da mucha rabia porque hay escenarios interesantísimos donde podría ser muy eficaz la utilización de ciertas luces, y que no se puede explotar por culpa de este detalle.
El perro que nos acompaña a lo largo de la historia, no supone ninguna fuerza física con Jennifer. Vamos, que lo podemos atravesar como si fuera un fantasma. Está bien si lo vemos desde el punto de vista de la jugabilidad, así no es ningún estorbo el perro. Pero no nos engañemos, eso es un fallo, o al menos eso creo. De todas formas, el animal está muy bien hecho y con unos movimientos muy suaves y creíble.
Así como los personajes principales están bien hechos, los enemigos son una porquería. La mayoría yo los habría quitado directamente, pero no todos, porque algunos quehacer de boss están muy bien, pero los considero personajes principales. A este juego con esta pedazo de historia le sobran todos los bichos feos y mal diseñados, con movimientos irreales y muy ineficaces, casi no te harán daño nunca a no ser que vayan en manada, pero la mayoría no sirven para nada en todo el juego. Le quitan encanto al título.
CONTROL
Típico. ¿Quién no ha pulsado un botón para empuñar el arma y otro para disparar?
Jennifer se mueve de manera estándar. Me gusta mucho que las armas que puede utilizar sean casi anecdóticas, léase una cuchara, un tenedor, un cuchillo… un revólver… pero lo mejor es huir de los enemigos, ya que con esas armas a poco vamos a llegar.
Sin embargo… ¿íbamos a irnos sin algo que tenga de especial este juego con respecto al control? Pues no. Durante gran parte de la aventura controlaremos a Brown, un perro que salvaremos a lo poco de comenzar a jugar. Es un personaje indispensable, ya que con su olfato podremos encontrar provisiones para recuperar vida, objetos o incluso llaves que nos ayudarán a seguir en la historia. En el menú tendremos que seleccionar el arma, como siempre en estos juegos, y un objeto para que Brown lo pueda oler. Las órdenes al perro se dan con el triángulo, círculo y cuadrado, o sea, que es muy intuitivo. Si ponemos una galleta para oler, Brown caminará hasta mostrarnos dónde hay más galletas. Esto también nos ayudará para seguir a cierto personaje o para saber dónde tenemos que ir, ya que el mapa es inútil. En Resident Evil, el mapa nos mostraba a qué habitaciones hemos accedido o cuál puerta está cerrada. Lo mismo en Silent Hill y en los demás Survivals. Aquí no. Aquí el mapa solamente nos enseña nuestra ubicación. Nada más. Esto es muy desconcertante, porque o tienes mapa, o no tienes mapa, pero lo que no puede ser es que tengas un mapa inútil.
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