tengo un amigo que acaba de cumplir el servicio militar, y ahora se volvió a enrolar.
cuando lo volví a ver, me dijo que el entrenamiento era duro, pero nada que no pusiera ser soportable. aunque al parecer lo peor era el factor racial, pues sus superiores no lo dejaban dormir literalmente.
lo levantaban una hora después del apagado de luces para que hiciera el "mierdero" y lo dejaban volver a la cama dos horas antes de la hora de parada.
como sea, según me contó lo peor es acostumbrarse a la rutina, pero luego ya no es tan difícil.
y me lo creo, pues antes de que se enrolara, era un marihuanero hippie flacucho...

Tristemente, el hombre ya no cuenta con Dios.
Ojalá que Dios cuente y siga contando con nosotros...