Bueno, ahora es mi turno.....
¿Cuál es la más grande que he hecho?... La verdad esque han sido tantas....
Bueno ahí vá una:
Tiempo de exámenes finales en el instituto. Mi compañero de asiento y yo eramos uña y carne.... Nos pasábamos todo el santo día juntos: comiamos juntos, meábamos juntos (y esto es sólo un ejemplo, no penseis mal... que ya nos conocemos, jejeje), hacíamos peyas juntos... y por esta razón, puesto que, como ya dije, no nos separábamos; apareció nuestro querido profesor de Historia, Don Antonio.... Antoñete pa'los amigos.
Nos metió un marrón que nos dejó descolocados. Para más coña acababa de dar su clase, y nosotros de peyas.Imaginaros.
Al día siguiente era el exámen, así que nuestro amiguete antoñete decidió putearnos un poquillo y nos preparó un examen especial solamente a nosotros dos. Preguntas que ni nos sonaban...en fín, un desastre. Ambos suspendimos. Pero la cosa no termina ahí, ya que para la recuperación de Junio nos hizo la mísma jugada y nos llebamos su asignatura de vacaciónes.
Fué entonces cuando mi compañero y yo comenzamos a máquinar la esperada venganza, y entonces nos enteramos de que se daba una fiesta de fín de curso con todos los profesores....

Momento perfecto.
Direis: ¿y qué se os ocurrió?.,.... Pues ni más ni menos que como Antoñete era el rey de las cocacolas (perdon por el spam), decidimos comprar un frasco de laxantes exclusivamente para él. En la fiesta lo nuestra única obsesión era saber cual sería la botella elegida, y nos pasamos una hora esperando hasta que nuestro amigo enganchó una de litro y medio.
Mi compañero fue a entretenerle para que soltara la botella (que acababa de abrir ) y encuanto lo hizo yo fuí al ataque con el material en la mano.
Llegados a este punto, estábamos eufóricos, así que le dejamos con su bebida y nos fuimos a ligar con las compañeras de clase.
A todo esto que a la media hora aproximadamente aparece la profesora de matematicas con un bidón de sangría. Nos pusimos todos ( profesores y alumnos ) hasta el mismísimo culo.
Creo que ya podeis imaginar el final... ya que la botella en la que echamos los laxantes fué la que cogió para hacer la sangria. Así que terminamos todos con una cagualera que no nos teníamos en pie.
Lo único bueno de todo fué que por lo menos, Antoñete tambien bebió y cada vez que ibamos al servicio mi compañero y yo pensabámos: "espero que tú tambien estes en la misma situación".
Y eso es to-eso eso to- eso todo amigos.
Espero que lo hayais pasado bien leyendolo.
Yo tambien me rio ahora.
Salu2