por viciota » 04-06-2006 20:17
Una lágrima se mueve entre el constante camino de la desesperación, tomando en su ruta todo bajo su mando… lentamente, desciende con ligereza hasta topar con sus labios y allàmorir, brindándole su último aliento al despertar de la tribulación. Tiene sentimientos, y son innegables... no desea hablar pero gritan por sàsolos y retumban en sus oÃÂdos pero en los de nadie más. Ésa sàque es tristeza, cuando la vida te da la espalda y te regala la felicidad como gotitas de agua mientras te mueres de sed… no es esa tristeza vana de no tener lo que quieres… es una que nace cuando NO TIENES LO QUE NECESITAS y asÃÂ, poco a poco vas pereciendo junto a tus sueños y esperanzas… es querer hacer y no poder, es sentir la aguda puñalada que el mundo te ha clavado y desangrarte ante los ojos invidentes de quien dice que es capaz como nadie más de contemplarte. No es un capricho no satisfecho… es una sensación de ahogo mientras unas manos invisibles la estrangulan y un veneno olor a rosas que la mata cruelmente jugando a ser celestial… no es un sueño roto, es la agonÃÂa de la mente y la lucha por supervivencia… sobrevivir te niega los sueños, los entierra, tan sólo te da fuerzas para seguir luchando y no importa cómo quedes después, importa el ahora, el desazón del ahora, el sufrimiento del ahora… A ratos intenta soñar nuevamente, pero no puede… su mente yace en las sombras, en el desmayo, simplemente piensa en qué hará, qué próximo movimiento la llevará a un lugar salvo donde no tema por los fantasmas que ve a su alrededor… cierra los ojos y desea con todas sus fuerzas que ese bien prometido caiga como un relámpago de luz y borre de un plumazo la desdicha que se arrastra y le corroe las entrañas y la congelan por dentro… desea esa luz y aparece pálidamente, pero luego se va… ella se aferra a esa esperanza, pero no sabe cuánto durará asÃÂ, tirada en el suelo y manchada con la sangre de la fatalidad. Recuerda que alguna vez fue capaz de gritar y lo intenta… no puede… más lágrimas emergen porque no hay nadie que la escuche y lo que le prometieron no llega ni tiene intenciones de llegar… Se pregunta por qué, por qué ella, por qué ahora… por qué está en el suelo y no puede salir, por qué nadie la ve siendo que está rodeada de gente… y piensa… que quizás ya es demasiado tarde, que su hora terminó. Se mira… hay magulladuras no en su cuerpo, pero sàen su alma… un corazón destrozado, una mente perturbada, una ilusión que no puede ser, un rostro bañado en lágrimas brillantes que no cesan de caer como rocÃÂo en la mañana y que en ella ya es una tormenta que amenaza con devastarlo todo… No puede levantarse, tiene frÃÂo, tanto que sus miembros pierden fuerza y cae al suelo nuevamente, esta vez, bajo un letargo con olor a muerte… y piensa… con lo último de energÃÂa que le queda… que ya todo está perdido, que su sueño tenÃÂa que quedarse dentro de su mente y nunca ir por él, que eso es de tontos y que las voces que antes se rieron de su deseo inocente poseÃÂan la verdad… cayeron sus últimas lágrimas, plagadas de esa decepción que termina borrar la sonrisa hasta del más cÃÂnico y rindió sus brazos a su destino final, ya dejando de pensar y, simplemente, cobijada en la desesperanza… Cerró los ojos, dando paso a una especie de ensueño… se vio a sàmisma donde estaba… sola, tirada a la mitad de la nada con los fantasmas del pasado esperando para llevársela al infierno, ya sin pelear, aceptando la oscuridad como su última morada cuando, de pronto, esa luz que a veces tintineaba y ella rogaba porque permaneciera, volvió y se hizo más potente que cualquier otra cosa… de esa luz salieron unas manos que la tocaron, unos brazos que la tomaron y unas alas que la protegieron… el toque de aquellas manos borró la sangre, curó su alma y pegó con mucho amor ese corazón hecho pedazos… ese abrazo invadió su cuerpo y la llenó de vida, mientras que la caricia de aquellas alas la suspendió por el cielo, sacándola de la penumbra. Una caricia borró las lágrimas que seguÃÂa derramando y un tierno beso en la frente la cubrió con un manto de luz, pero seguÃÂa en ese ensueño, con la mente mirando a la lejanÃÂa… de la nada, los ojos del ser alado se fijaron en la altura y se clavaron en los de ella y una sonrisa emergió del rostro de él, comprensiva, cómplice, como informándole tácitamente sobre lo que vendrÃÂa… la joven cerró los ojos y los volvió a abrir, esta vez, dentro de su cuerpo y bajo los labios de ese ser que la miraba, esta vez, sin alas e increÃÂblemente humano… le toca el rostro… es de verdad!!! Él la mira y ella se queda sin poder creerlo… nuevas lágrimas emergen, pero, esta vez, son de felicidad… lo abraza y él murmura en su cabello “te dije que volverÃÂamos a estar juntosâ€Â
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