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Aprovechando la versátil “Eye-Toy” llega al mercado una nueva propuesta de juego siguiendo la estela de su predecesor “Eye-toy Kinetic”, pero esta vez aplicada a una ancestral técnica de Kung-Fú.
Siempre es de agradecer que todo accesorio de cualquier consola sea regado con buenos títulos que justifiquen el desembolso. En este caso para PS2 nos encontramos de nuevo con un juego dispuesto a exprimir las cualidades de la pequeña cámara de la mano de London Studio.
Conviértete en monje Shao-Lin
Es la intención que persigue este programa. Repiten en esta entrega los entrenadores virtuales Matt y Anna. A los que se les suma Leon A. Dogan un experto en técnicas de Hung-Gar, una variante del Kung-FÚ que data del siglo XVII y proviene del templo Siu-Lam (Shao-Lin en mandarín). Una disciplina dura que conduce al dominio de la energía interna. Gracias al sistema de reconocimiento de movimientos “Motion Matching” podremos, siempre de manera seria y supervisada, iniciarnos en los principios básicos del Hung-Gar.
El juego está claramente dividido en cinco áreas de entrenamiento, cada una de ellas te adoctrina en diferentes ejercicios de fuerza y control. De esta manera tenemos;
- Dragón: aquí nos iniciamos en los principios del Kung-Fú.
- Tigre: realizando estos ejercicios conseguiremos aumentar nuestra fuerza y forma cardiovascular.
- Mantis: la agilidad, el equilibrio, coordinación, resistencia y un buen juego de piernas se conseguirán con esta práctica.
- Fénix: combinación entre habilidad, precisión y fuerza. Una mezcla de lo que hayamos aprendido con las otras técnicas.
- Chi-Kung: con ella controlaremos nuestra respiración y relajación con lentos movimientos.
¡¡A ponerse en forma!!
Preparémonos para una sesión de Kung-Fú. Conectemos la Eye-Toy a la consola y la lente de visión completa, enfocamos para que se nos vea todo el cuerpo, liberamos espacio para realizar los ejercicios y nos daremos cuenta que como mínimo deberemos estar a dos metros y medio de la cámara, por lo que como primer punto débil, nos topamos con que hace falta realmente bastante espacio para poder movernos a gusto sin acabar dando algún golpe al mobiliario de casa.
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