El año es 1994, faltan apenas unas semanas para que Doom 2 salga a la venta para PC, y los ordenadores personales cuentan con la ayuda de algún que otro genio empecinado en demostrar que esa máquina para hacer hojas de cálculo e inventariado puede servir para algo más, sin tener que recurrir a una consola o hardware dedicado. Estamos en una época en la que se intentan reproducir mundos 3D con información 2D, el ratón no es un periférico habitual en la mayoría de ordenadores y saber utilizar un PC requería conocer algún que otro comando para poder usar su terminal. Con este telón de fondo, sale a la venta System Shock, un juego que ha sido tan inspirador que ha propiciado la creación de géneros completos en el mundo de los videojuegos. Ahora, casi 30 años después, y tras 7 largos años de tortuoso desarrollo, Nightdive Studios saca a la venta un remake que pretende acercarnos este clásico. Y el resultado es bastante polarizante, en mi opinión.
¿Por qué merece la pena System Shock?
Puesto que hablamos de un remake, intentaré enfocar el análisis de otra manera. En primer lugar, merece la pena que hagamos un repaso de lo que es System Shock, ya que este remake resulta ser muy fiel al original.
El juego nos pone en la piel de un hacker en el año 2072, un mundo cyberpunk controlado por corporaciones, siendo especialmente relevante la empresa TriOptimum. Estamos en nuestro apartamento, pasando una noche de sábado típica comiendo algo de pizza fría y una cocacola, rompiendo los servidores de TriOptimum para conseguir los esquemáticos de un ciberimplante, cuando somos secuestrados por un equipo de seguridad privada que no duda en ponernos una metralleta en la cara. Tras dejarnos KO, nos llevarán al despacho de Edward Diego, un ejecutivo de TriOptimum, que nos propondrá un trato. Podemos ayudarle a hackear una IA en una base espacial llamada la Ciudadela para eliminar su condicionamiento ético, consiguiendo a cambio no sólo el esquemático que queríamos mangar, sino que nos lo fabriquen e instalen, o podemos negarnos e ir a la cárcel. La respuesta es obvia, y nuestro protagonista cumple con su trabajo, y entra en un sueño criogénico de 6 meses mientras el implante termina de agarrar y curarse.
Tras la operación, nos despertaremos en un ala médica totalmente vacía. Y no sólo eso, sino que no tardaremos en encontrarnos con robots que nos atacan, cadáveres, todo tipo de mensajes macabros pintados con sangre en las paredes, y una especie de mutantes caníbales. Por si fuera poco, al salir de la sala de cirugía, recibiremos un mensaje de la Sentient Hyper-Optimized Data Access Network, tambien resumida como SHODAN, la IA a la que nos han contratado para “deshumanizar”. No tenemos ni pajolera idea de qué ha ocurrido, o qué va a ocurrir, pero una cosa esta clara. Estamos jodidos.
¿Cómo se juega a System Shock?
Intentar catalogar a System Shock en un solo género resulta harto complicado, siendo además digno de elogio teniendo en cuenta que el juego salió en 1994, el año en que la mayoría de la gente flipaba con Super Metroid, Donkey Kong Country o con la cuarta iteración de Street Fighter 2. El juego a priori se maneja en primera persona, pero no debemos confundirlo con Doom, ya que podremos interactuar con la inmensa mayoría de objetos que veamos en el nivel. Botones, cajas, basura tirada por el suelo… System Shock hace un gran trabajo a la hora de meternos en un mundo que parece real, con habitaciones que no sirven de nada, objetos que no sirven de nada, pero, sobre todo, que aportan mucha información de la que deducir qué ha ocurrido o que deberíamos hacer ahora. Cabe decir que la mayoría de estos objetos los podremos recoger para reciclarlos y conseguir dinero con el que comprar medicinas o munición.
También nos encontraremos puzles de diversos tipos, siendo el más común el tener que arreglar un circuito eléctrico para dar corriente a una puerta cerrada, o a un ascensor. Pero lo más llamativo del juego es, sin duda, las propias interacciones con SHODAN. Si bien hay algunas apariciones prefijadas, conforme vayamos avanzando por la Ciudadela, podremos recibir comunicaciones de la IA, en la que notaremos una curiosidad inicial que se va tornando poco a poco en odio asesino. De esta manera, SHODAN podrá elegir el ir cerrándonos el camino, hacernos caer en trampas, o hacer aparecer más enemigos donde antes no había nada. No podemos dar por seguro ningún sitio dentro de la Ciudadela.
Pero llegados a este punto, ¿cuál es el objetivo en el juego? Podemos sobreentender que hemos de sobrevivir, pero, ¿cómo? ¿podemos siquiera escapar de la Ciudadela? ¿qué opciones tenemos?
