Protocol Games, estudio español de nueva fundación, junto con Raiser Games, distribuidores de modestos juegos independientes, se estrenan con este atÃpico tÃtulo de terror que propone nuevas ideas. Su despegue quizás no fue el más sonado pero su original propuesta, su constante esfuerzo por mantenerse atentos a sus usuarios y el reciente anuncio de las versiones para consolas, les ha mantenido bajo la mirada de los medios especializados.
Una fórmula clásica con nuevas ideas
SOH emplea la formula clásica de personaje controlado en escenarios oscuros, con cámara fija, similar a lo visto en los Resident Evil originales, en la que manejamos a hasta trece investigadores diferentes en un total de cinco episodios. Cada capÃtulo se desarrolla en un emplazamiento distinto y narra la macabra historia de quienes escucharon una misteriosa canción. Nuestro objetivo es explorar esos lugares para hallar las pistas que nos permitan progresar en la investigación. El motivo de que dispongamos de tantos personajes es que cada uno representa una vida, una oportunidad de fracasar. Es muy fácil que estos mueran durante la aventura y sus vidas no se reponen, son muertes permanentes. Esto ocurre porque, ocasionalmente, el juego nos permite tomar malas decisiones o nos plantea eventos de habilidad que pueden acabar con nuestro protagonista.
En caso de perder a todos nuestros personajes (lo cual nos ha ocurrido en un par de capÃtulos), estaremos obligados a comenzar, desde el principio, el capÃtulo entero. Una tarea que resulta enormemente repetitiva y aburrida, pues ya conocemos todos los secretos y únicamente tenemos que limitarnos a repetirlo todo. Para solucionar este enorme problema, los creadores del juego añadieron la opción de que la muerte de los actores no sea permanente. Al activarla, pudimos disfrutar realmente de los últimos episodios. La frustración se acabó de un plumazo y el juego se vio enormemente beneficiado, a pesar de perder un poco de la tensión original.