Divinity: Original Sin 2 - Definitive Edition

PC, PlayStation 4, Xbox One
9.0
Divinity: Original Sin 2 - Definitive Edition 10 TodoJuegos
Publicado el 10-12-2018 a las 22:34 Página 1 de 3   >>   
Autor: Alejandro "Sandor" Dobeson

Uno de los mejores juegos de rol, ahora con mando.

Si crecisteis jugando a ordenador alrededor del cambio de milenio, os debería sonar sin duda el nombre de Black Isle Studios, o si no, seguramente os suenen sus compañeros Bioware Studios. En aquel entonces sacaron unos fantásticos juegos de rol que, básicamente, dieron lugar a una nueva forma de entender los juegos de rol basados en Dungeons and Dragons. Empezando por Baldur´s Gate y acabando por Neverwinter Nights, son clásicos básicos del RPG. Realmente ignoro si Larian Studios cuenta con algún miembro de estos míticos estudios entre sus filas, pero una cosa está clara si miramos a Divinity: Original Sin II. Tienen a quién salir.

Un mundo de fantasía a nuestro gusto

Nos despertamos en un rincón frío y húmedo, y curiosamente movido. Tras quitarnos el aturdimiento de encima, caemos en la cuenta de que estamos en un barco, que estamos vestidos con harapos, y llevamos una cadena al cuello. Y si acaso aun no nos ha quedado lo suficientemente claro, una señorita nos mira con cara de asco mientras grita "¡Esclavo! ¡Ven!". Parece que este no es nuestro día. Por suerte para nosotros, o por desgracia, según se mire, el barco es atacado por un kraken. No queda claro qué busca. Si al barco, si su contenido... o a nosotros mismos. Tras sobrevivir, apareceremos varados en la playa de la isla de Ojo de la Parca, nuestros recuerdos comienzan a aflorar. Parece que hemos sido elegidos por un Dios para llevar a cabo su misión, si bien nuestros intereses propios no tienen nada que ver con los caprichos de un ser superior. Con más dudas que respuestas, nos adentraremos en Fuerte del Júbilo para encontrarnos a nosotros mismos, y para desenmarañar la conspiración contra los hechiceros de la Fuente.

Me gustaría ser mas detallista con la trama de Divinity: Original Sin II, pero su principal baza es que como los buenos juegos de rol de papel y lápiz... ¡la historia la ponemos nosotros! O al menos, hasta cierto punto. El juego tiene una trama clara y bien definida, que gira alrededor de la Orden de la Divinidad y cómo están purgando a los hechiceros de la Fuente de Rivellon. Pero el juego nos plantea también la posibilidad de comenzar con uno de los personajes pregenerados, los cuales cuentan con sus propios trasfondos personales e historias alternativas, dándonos un nuevo enfoque a la historia. Ya no seremos el elegido de un Dios que combate una peligrosa orden, sino que seremos un esqueleto que busca los restos de su propia especie, miles de años después de la extinción de su raza. O un mercenario que busca venganza. O un príncipe lagarto que busca recuperar su trono tras ser excomulgado. O podemos hacernos el personaje que nos dé la gana, y combinar estas historias a placer.

A nivel narrativo, Divinity: Original Sin II es, simplemente, inmenso. Estamos hablando de que llevo ya más de 50 horas de juego, y las misiones se siguen acumulando sin que parezca haber un final a la vista. Si esto lo multiplicamos por los diferentes personajes de los que dispone el juego, estamos ante un título que puede ocupar todo nuestro tiempo libre durante meses sin que pare nunca de ofrecernos nuevo contenido. Es realmente increíble.


Rol de ratón y teclado con mando

A la hora de manejar el juego, es imposible no recordar Neverwinter Nights y su motor. Al igual que en este último, Divinity: Original Sin II nos permitirá manejar a un grupo de héroes de manera independiente en un mismo mapeado 3D. Dentro de este mapeado podremos interactuar con prácticamente todo lo que tengamos a nuestro alcance, y de todo tipo de maneras. Puede sonar tópico, pero reconozco que en más de una ocasión el juego me ha sorprendido teniendo en cuenta de todo. Nuestra magia, por ejemplo, se verá afectada por los líquidos que pueda haber derramados en el suelo, por no hablar de poder prender directamente fuego a ciertos elementos simplemente acercando una vela. Es el tipo de interacción que en una partida imaginaria de rol no tiene la mayor importancia, pero que supone todo un hito en el mundo del ocio interactivo.


Caratula

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