Tras dos precuelas llega ante nosotros Dead to Rights: Retribution, la adaptación de lo que viene siendo la típica película de cine negro policiaco a nuestras consolas next-gen, con Max Payne como claro punto referencia Retribution promete unas cuantas horas de acción trepidante, cientos de enemigos contra los que luchar y una ciudad sumida en el caos y el crimen que clama por ser limpiada. Bebiendo de títulos actuales tales como el fantástico Batman Arkham Asylum y otros ya más antiguos como Max Payne, Retribution promete ser una autentica obra de arte.
Si realmente logra conjugar las buenas cualidades de ambos juegos tendríamos ante nosotros el bombazo del año. Pero nada más lejos de la realidad, para mi modesta opinión el juego cumple bien con los parámetros para los que ha sido diseñado, pasar unas cuantas horas disparando y “apalizando” delincuentes en una guerra sin tregua entre el bien y el mal. En esta ocasión Namco-Bandai ha querido volver por sus fueros y reeditar aquel éxito notable que tuvo su primera entrega hace ya más de 8 años, trasportando a nuestros días un título muy oscuro y violento repleto de acción. Con anterioridad y para diversas plataformas se han editado varios títulos, conformando a la franquicia Dead to Rights en un juego casi de los de toda la vida, con sus pros y sus contras, pero al que no le faltan sus miles de adeptos.
VAMOS A LIMPIAR LAS CALLES SHADOW
Grant City se encuentra sumergida en el mas absoluto descontrol, dominada por el sindicato sus gentes tienen miedo hasta de salir de sus propios domicilios. Jack Slate, nuestro protagonista, es un agente de Policía encargado de enfrentarse como todo buen héroe a los casos mas complejos que se puedan imaginar. Gracias a la compañía de su inseparable amigo Shadow, un perro-lobo que más bien parece un caballo por su colosal tamaño, acompañara a Jack en la resolución de más de una complicada misión, formando una pareja letal a la que todos sus enemigos temen.
A lo largo de nueve misiones, todas ellas repletas de acción y enemigos de la mas variopinta factura, iremos desvelando la trama argumental de un juego al que muchos tildan de simple (otorgándole una nota que quizás no se merezca). En nuestros inicios, y como si de John Mcclane (Bruce Willis) se tratara, corretearemos por todo un edificio de cien plantas para rescatar a los rehenes que el “Sindicato” tiene atrapados entre sus paredes, recordándonos muy mucho a esa primera película de la saga Jungla de Cristal, que tantas veces reponen en navidad por la TV. De ahí nos iremos trasladando a diferentes escenarios siguiéndole la pista a los malos, pasando por enclaves tan diferentes como una estación de metro, (donde llegaremos a perseguir a un fugitivo en un tren en marcha subidos en el techo de los vagones), hasta los muelles de la ciudad, todo ello repleto de una acción sin igual y de unos enemigos que no nos lo pondrán nada fácil.
QUÉ CLASE DE JUEGO NOS ESPERA
En esta ocasión no esperéis grandes alardes y un titulo con una profunda historia argumental, repleta de personajes carismáticos y cinemáticas espectaculares a lo Final Fantasy. Aquí se va a lo que se va, somos un Policía de anti-vicio y tenemos que acabar con toda la criminalidad de nuestra ciudad. Un juego absolutamente lineal que deja algo a la exploración (pudiendo hacernos con diversas placas de “Poli” que por el escenario se encuentran diseminadas), es lo que nos encontraremos desde sus tempranos inicios, no sé qué es lo que esperaban los demás pero a mí me satisface plenamente lo que he visto y jugado. Acción, tiros, destrucción, violencia gratuita, golpes imposibles, un perro loco que parece vivir única y exclusivamente para machacar a sus enemigos, matándoles a mordiscos mientras les ataca en su zona noble, todo esto y mucho más nos encontraremos a los mandos de este juego solo tenemos que darle una oportunidad.
