Visualmente ya no es tan colorido como la segunda entrega y vuelve a los tonos más ocres, más oscuros, para reforzar la ambientación. Cuenta con los dos clásicos modos de visualización, rendimiento o calidad. El juego en líneas generales cuenta con un buen apartado gráfico pero un peldaño por debajo de los pesos pesados de la industria. Cosa que tampoco importe mucho pues la buena dirección artística y la solidez en general hacen que el resultado final sea muy bueno.
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En el apartado sonoro contamos con un elenco de actores de doblaje bastante conocidos en el mundillo de los videojuegos como Roger Craig Smith (Ezio Auditore) o Rebecca Hansen (Eve en Stellar Blade). El doblaje al castellano tampoco se queda atrás con David Robles (Vaas, Far Cry 3) como principal doblador. Dejando a un lado las voces el juego cuenta con buenos efectos sonoros pero que realmente donde más lucen es en la noche, consiguiendo que sea más opresiva aún.
Parkour, el núcleo del juego
El elemento más diferencial de la saga era sin duda alguna el uso de parkour para movernos por los escenarios. Desechando alguna cosa de la segunda parte (el consumo de estamina al escalar por ejemplo) y mejorando otras, el parkour se siente intenso y aporta esa satisfacción al jugador tras un salto y agarrarnos a una cornisa en el último momento. El juego no nos guía mediante estímulos visuales hacia donde tenemos que saltar o no, si no que nos deja que con nuestra mera observación seamos capaces de alcanzar nuestro destino. Es muy satisfactorio moverte por la ciudad, aunque como es obvio, en las zonas rurales o de campo esto se pierde, pero para esas zonas tenemos a nuestra disposición diferentes vehículos a lo largo del mapa.
En el combate la principal novedad es nuestra mayor arma: nosotros mismos. Al tener un ADN un tanto... especial digamos, de ahí los experimentos a los que fuimos sometidos. Gracias a esta mutación entraremos en un modo bestia en la que básicamente seremos un tanque con la capacidad de triturar cuantos enemigos se nos pongan por delante. Por supuesto también contaremos con un buen número de armas cuerpo a cuerpo, armas de fuego, trampas por todo el escenario o directamente irnos por patas si la situación se pone tensa. Aquí he de decir que, si bien el combate no está mal, queda un par de peldaños por debajo de lo pulido y satisfactorio que resulta el parkour.

A la cita con nuestra bestia también se une el ya clásico árbol de habilidades para añadirle más profundidad al conjunto del sistema de juego. Conforme subamos de nivel o acabemos con las temidas quimeras, podremos escoger que habilidad desbloquear de una de las cuatro ramas de las que disponemos. El juego permite multijugador online hasta para cuatro jugadores, con lo cual si tienes amigos para jugarlo no dejéis pasar la oportunidad ya que tendréis la diversión asegurada.