Una fase particular que nos ha generado cierta…” furia berserker” (frustración) consiste en viajar con visibilidad reducida. En esta fase es más fácil morir por no ver donde pisa nuestro personaje o por enemigos que no vemos. Queridos hermanos Garay no nos queda más que odiaros por fases como la 7-4 (pero con cariño). Este tipo de sorpresas, por un lado, generan frustración, pero igualmente nos hace percibir que Abathor no se reduce, a ir solamente desde un punto A, hasta un punto B superando unos pocos enemigos de forma lineal y continua sin el menor cambio. Incluso hay fases en los que hay que eliminar oleadas enemigas en un escenario pequeño y cerrado.
Cada mundo tiene al menos un jefe. La mayoría suponen un desafío considerable, que se suma a esa dificultad progresiva entre mundos. Salvo casos concretos, cada enemigo tiene sus ataques específicos, su metodología. Además de alguna conexión con los héroes. Durante las fases, nuestros personajes deben viajar por las fases superando esas dificultades que hemos mencionado. La tarea de sellar esas malditas puertas, nos obligará a eliminar enemigos, muchos enemigos. Tranquilos, para lograrlos podemos contar con ayuda de otros jugadores de forma local, es una lástima que no haya sistema online.
Aun así, el juego mejora bastante en compañía, puede que algunos mundos resulten demasiado complicados para un solo jugador. Durante las fases, encontraremos multitud de cofres, según el tipo de cofre, podemos conseguir dinero (Orialco), también comida (vida), monedas (créditos), objetos consumibles similares a juegos como Castlevania Aria of Sorrow . Algunos de esos objetos son invocaciones extremadamente poderosas, desde pirañas o búhos mecánicos que nos acompañan temporalmente hasta invocaciones muy rápidas de dragones, de Poseidón entre otros. Al final de las fases llegamos a un altar donde los enemigos muertos sirven como sacrificio de los dioses. Si superamos cierto número recibiremos Orialco.
El demonio “buhonero”
El Orialco sirve sobre todo para comprar diversas mejoras a un demonio comerciante. Las mejoras son bastante caras en general, podemos obtener más daño, vida adicional, velocidad, rebajas en los precios o créditos adicionales. Aun así, lo mejor es gastar con cuidado el dinero. Es cierto que podemos obtener bastante entre fases, pero se gastar mucho más rápido.
La Era de Abathor
Ya hemos comentado los principales pilares, de los múltiples elementos de la jugabilidad. Pasemos a hablar de los gráficos. Nos encontramos ante un título pixelado con un gran número de escenarios distintos: una flota destruida, el interior de una gran serpiente, castillos, pantanos, el fondo del mar e incluso una recreación de la Atlántida (mi preferida). Los escenarios son impresionantes, aunque estén pixelados.