En orden, 
personaje por personaje, podremos escoger donde movernos, a quién atacar
 o incluso si utilizar las cyfras. máquinas que contienen lo equivalente
 a los hechizos mágicos del juego. Cuando terminemos de realizar las 
acciones de un personaje, pasaremos turno, teniendo que esperar a que 
nuestros enemigos muevan ficha y nos vuelva a tocar. Y aquà encontramos 
otro de los puntos negros del tÃtulo, y es su nulo dinamismo.
 
    
  No 
hay mucho problema en que los combates sean por turnos. De hecho, serÃa 
bastante hipócrita laurear a Persona 5 y después criticar eso aquÃ. El 
problema se encuentra realmente en la gestión del combate. El hecho de 
que el movimiento y el alcance de los personajes afecte de manera 
significativa en tiempo lo hace todo terriblemente lento. Aunque, bueno.
 Aún podrÃamos pensar que es que somos muy lentos jugando, que no 
sabemos posicionarnos y que en realidad, el combate va lento porque 
nosotros queremos. O al menos, eso pensaremos hasta que nos enfrentemos a
 nuestra primera crisis con multitud de enemigos y nos estemos varios 
minutos de reloj mirando como dan vueltas y más vueltas alrededor sin actuar.  En mi opinión, sospecho que es un problema con el sistema de 
búsqueda de rutas del juego, ya que jugando de normal, ya sucede que 
podemos ordenar a nuestros personajes ir a lugares a los que realmente 
no tienen acceso, y el juego es incapaz de determinar que es imposible 
llegar.Una mezcla de viejo y nuevo  El apartado técnico 
del juego es bastante curioso, ya que si bien no intenta ser un 
referente, conformándose con el uso de técnicas clásicas como el 
modelado 3D sobre entornos bidimensionales, como ya pasó en tÃtulos 
similares como Pillars of Eternity o Tyranny, teniendo un especial 
cuidado a la hora de dibujar el mundo de Numenera. La propia naturaleza 
de este universo nos muestra tremendos contrastes entre parajes 
naturales y la alta tecnologÃa, combinando componentes mágicos y 
esotéricos con estructuras biológicas dignas de una pesadilla.
 
  
    VIDEO  
  
 
  Sin
 embargo, no termina de convencerme. Hay una separación tremenda entre 
el mundo y los personajes, haciendo que parezca que sólo "flotamos" 
sobre los sitios en los que estamos, sin dar una auténtica sensación de 
perspectiva. Aunque hay que reconocer que más de un nivel parece 
desafiar todas las leyes de la fÃsica, evitando a propósito no ofrecer 
una perspectiva correcta. También echo en falta que se ilustren algunas 
de las partes más densas de texto, tomando quizá como referencia las 
novelas visuales japonesas, ya que en mi opinión, una imagen dice más 
que mil palabras. Y no cuesta tanto, sobre todo al principio, hacerse a 
la idea de qué demonios nos están contando si tuviéramos un referente 
visual al que asemejarlo.