Después de completar cada misión recibiremos cierta cantidad de puntos de experiencia, los cuales dependerán de nuestra actuación durante la batalla. Podremos repartir estos puntos entre los diferentes personajes que componen nuestro equipo, evolucionando así atributos como la fuerza, la resistencia o la velocidad. Como ya es habitual en otros títulos de la saga, podremos seleccionar nuevas armas para nuestros guerreros o modificar las que ya posean. Estas opciones permiten una cierta personalización de los personajes sin llegar a profundizar al nivel de un juego de rol.

Gráficamente nos encontramos ante la enésima reutilización del ya vetusto motor de los Dynasty Warriors. Parece que los chicos de Koei han optado por trasladar tal cual el aspecto de la anterior entrega, obviando los más que conocidos defectos gráficos. Entre los más importantes podríamos destacar los pobres modelados de los personajes, tanto de los protagonistas como de los enemigos. Se echa en falta una mayor cantidad de polígonos que darían a los combatientes un aspecto más acorde con lo que solemos ver en las consolas de nueva generación. Cualquiera supondría que dicha escasez poligonal puede deberse a la necesidad de que la máquina mueva decenas de personajes apareciendo al mismo tiempo en pantalla. Desgraciadamente esta suposición no es cierta, ya que durante la partida sufriremos molestas ralentizaciones que se producirán en los momentos menos adecuados y que nos harán desesperarnos en más de una ocasión al no poder reaccionar a tiempo para evitar algún ataque.

Otro defecto, ya marca de la casa, es el de la corta distancia de dibujado del horizonte. En la anterior generación se intentaba disimular este problema mediante el uso de la niebla, que cubría los escenarios casi en su totalidad y sólo desaparecía a escasos metros de distancia de nuestro personaje. En esta versión del motor para Xbox 360 desaparece la tan recurrida neblina, pero los elementos aparecerán ante nosotros de forma bastante brusca, tanto accidentes en el terreno como ejércitos, creando un efecto bastante molesto al nos ser capaces de localizar a los enemigos sin la ayuda del mapa.

Las melodías que nos acompañan durante nuestros combates están en su mayoría tomadas, al igual que el resto de elementos, de anteriores títulos de la saga. Son un buen acompañamiento para la acción pero los temas no llegan a destacar, resultando demasiado similares unos de otros. Nos encontramos con una gran variedad de efectos de sonido que se volverán demasiado repetitivos tras unas pocas horas de juego. Aun así debemos destacar las voces (en inglés) con las que los diferentes personajes nos irán guiando para cumplir nuestra misión, y que cuentan con un nivel interpretativo aceptable.

Warriors Orochi 2 da la impresión de ser una expansión de la primera parte más que una nueva entrega en si misma. La repetición de escenarios, personajes y melodías produce la desagradable impresión de estar ante el mismo juego que ya pudimos disfrutar a principios de año. Un apartado técnico claramente desfasado a estas alturas de la generación tampoco ayuda a mejorar esta sensación negativa. Aún así, los fervientes seguidores de la saga que no se preocupen por la falta de novedades puede que encuentren en la longevidad del título una escusa suficiente para justificar su compra.

Puntuaciones

Gráficos: 5.0

Sonido: 5.0

Jugabilidad: 6.5

Duración: 7.0

Multijugador: 5.0

Historia: 5.0

TOTAL: 5.5