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Mil años de vida dan para muchas cosas, pero también para atisbar lo corta que es la existencia de los mortales. El sentimiento de pérdida que arrastrea Kaim, está magistralmente retratado en el videojuego, con escenas que emocionan y hacen llorar con una facilidad pasmosa. Como novedad reseñable, caben destacar los sueños; durante todo el juego, Kaim va recuperando la memoria y recordando sus vivencias de su largamente prolongada vida. Estas historias, construidas a modo de relato por el novelista japonés Kiyoshi Shigematsu, pueden ser leídas en el mismo momento en el que se consiguen, cuando el personaje descansa en una posada o en cualquier instante desde el menú principal. Como ya hemos dicho, están presentadas como si de pequeñas narraciones se trataran, sin apoyo visual más allá de algún dibujo o arte conceptual, pero con una carga sentimental muy elevada, con la música de Nobuo Uematsu como gran telón de fondo. Los relatos son numerosos, y todos ellos de gran calidad, aunque no todos mantienen el mismo nivel. No son imprescindibles para entender la historia principal, de hecho puedes pasarte el juego sin leer ni un solo sueño, pero te ayuda a comprender un poco más el porqué de la personalidad de Kaim.
GRÁFICOS
En más de dos años que lleva la nueva generación en movimiento, han sido pocos los JRPG´s los que han visto la luz. Xbox 360 se estrenó con el mediocre Encharmed Arms, y luego Namco Bandai comercializó Eternal Sonata. También salió Blue Dragon, el anterior proyecto de Mistwalker y está en cartera Tales of Vesperia. No hay mucha competencia, como se puede apreciar, pero dentro de una máquina como la de Microsoft, los gráficos deben estar siempre correctos. En los RPG´s se ha extendido la idea de que los gráficos en este tipo de títulos “no son tan importantes”, pero eso no quita que deban estar a la altura. ¿El antecedente? Blue Dragon, una de cal y otra de arena. Con Lost Odyssey tenemos un resultado diferente. Los desarrolladores han empleado el motor gráfico de Epic, el Unreal Engine 3, para conseguir un apartado gráfico a la altura de la nueva generación.
Lo primero que salta a la vista es el diseño en general. Los personajes han sido dibujados por el conocido mangaka Takehiko Inoue (Slam Dunk, Vagabond), de cuyas obras Sakaguchi es ávido lector: los diseños se escapan mucho de los cánones habituales que imperan en los juegos de rol japoneses. En los últimos años, se ha formado una tendencia de dibujar a personajes con peinados extravagantes, donde los héroes masculinos suelen tener atributos físicos que tradicionalmente están más ligados al sexo femenino. Inoue ha optado por algo diferente, un estilo más realista y sin excentricidades. Por otra parte, los modelados están confeccionados con un nivel poligonal digno de la nueva generación, son sólidos y sólo fallan un poco en las texturas de los cabellos, que no están del todo bien resueltas. Tampoco las lágrimas se ven tan bien como deberían, pero no estropean el resultado final.
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