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Comenzamos por primera vez en la saga, dentro de la nave de Samus. Mediante unos movimientos del Wiimote, elegimos coordenadas, nos comunicamos y logramos aterrizar en una base aérea, una nave nodriza de la federación galáctica. Allí por primera vez en la saga, tenemos contacto con humanos, con los que podemos interactuar. Esto aunque parezca sin importancia, es una brecha en la franquicia muy arriesgada, puesto que la sensación de desamparo y soledad siempre fue una de sus características estrella. De cualquier modo (y aunque admito que fui el primero en asustarme), en vez de resultar forzado e inverosímil, le da profundidad al conjunto. También es cierto que durante las primeras dos horas el juego da sensación de cierta linealidad, aspecto que de no cambiar será imperdonable, pero gracias al sentido común de Retro, Metroid Prime 3: Corruption es, ante todo, un Metroid. Si ese primer contacto resulta más simple y lineal es sencillamente para acostumbrarnos al combate y a los movimientos del Wii-mote, el cual está tremendamente bien implementado y es, a secas, el mejor control que he probado en un shooter nunca. Recomiendo, pasadas unas horas, cambiar la sensibilidad al tope para tener un control más preciso, puesto que en su configuración inicial su precisión puede resultar insuficiente. El juego propone una variedad de situaciones hasta ahora impensables en la saga, sin perder un ápice de identidad, con el guión más trabajado hasta el momento (sin tener en cuenta el fantástico Metroid Fusion) y, lo que más me ha sorprendido, dónde más adelante me extenderé; por fin vuelve esa belleza indescriptible a sus parajes.
El apartado técnico es, a secas, el mejor que ha mostrado Wii hasta el momento (y que a excepción de Mario Galaxy, probablemente el que mejor lucirá nunca). A simple vista puede parecer que es demasiado similar a sus entregas de Game Cube: nada más lejos de la realidad, pero, ¿A caso Metroid Prime no sigue luciendo de forma excepcional? Esta pregunta sería muy fácil de responder si todos los shooter de consola fuesen a 60fps, pero es tan escasa la cantidad de títulos que salen a esta tasa de frames (que añado no debería ser standard…) y hay tan pocos títulos que alcancen semejante belleza visual, que me tengo que quitar el sombrero ante el trabajo de Retro. Metroid Prime 3 es una orgía de detalles, rico en texturas y efectos (dónde aquí la tecnología de Wii hace presencia, con utilización de luces difusas, texturas a mayor resolución, efectos de partículas más pulidas etc.), con escenarios gigantescos (mucho más grandes de lo habitual en sus precuelas para Game Cube) y animaciones más cuidadas. Dónde el juego destaca de forma rotunda, es en su impresionante dirección artística, la mejor probablemente hasta la fecha en la franquicia. Los escenarios, llenos de vegetación, ruinas místicas, naturaleza espacial y criaturas vivas. Es impresionante, de verdad, el nivel de belleza que puede alcanzar algunas estancias (especialmente si se tratan de parajes naturales) llegando a alcanzar cotas pictóricas.
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