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Jugando Offline
El modo carrera es igual que el que ya conocemos del Forza original: un montón de categorías con competiciones dentro que tienen unos requisitos para poder jugar (nivel mínimo, coche de tal marca o de cual característica técnica…). Según vayamos ganando carreras iremos obteniendo los típicos créditos que nos permitirán adquirir coches y mejoras, además de obtener descuento de marca o recibir coches gratis total como ganadores de todas las carreras de un evento. Estos coches tendrán “regalados” luego un valor de mercado muy bajo, lo que hace que venderlos no merezca la pena y acaba fomentando el coleccionismo (al final tendremos una lista de coches en nuestro garaje que ni Beckam).
Al empezar elegiremos una región (Europa, Asia y América) en la que podremos comprar coches. Los de las otras regiones se irán desbloqueando cuando vayamos avanzando en el juego, un aliciente más para explotar el modo offline, aunque solo sea para poder comprar ese coche con el que los chiquillos coreanos te pasan por encima cada vez que corres.
Control.
Si tenéis el volante ni os lo penséis: se creó para este juego, así que ni siquiera sigáis leyendo el artículo: ¡¡A la tienda!!
Para los que vais a jugar con el mando me explayaré un poco más… Controlar un coche con el mando de una consola (o con el teclado de un PC) no es tarea fácil, sobre todo si la componente de simulación es muy grande. La PS2 y la Xbox original ayudaron al incorporar controles analógicos, que no eran simplemente gira/no gira, sino que permitían que definiéramos cuanto queríamos jugar. La Xbox (y ahora también la PS3 y la 360) incorporó además los disparadores analógicos para acelerar y frenar, lo que mejoró aun más la sensación.
Forza 2 recoge la experiencia del título anterior con el mando S de la Xbox y lo traslada de forma perfecta a la 360. Habiendo jugado a todos los Gran Turismo, incluido el 4 HD, puedo decir que Forza se ha superado a si mismo y a sus rivales: la sensación de control es total en todo momento. La implementación del rumble es buenísima (por favor Sony, llega a un acuerdo con Inmersion antes de sacar GT5), llegamos a sentir de verdad cuando perdemos el control del coche y se nos va de adelante o atrás, notamos los pianos, los distintos tipos de terreno… una gozada.
El control de cada coche es además totalmente distinto. No es que conducir el Seat Cupra GT Prototipo y el Sear Leon sea muy diferente: Es que conducir un Leon y un Golf no tiene nada que ver. Y en cuanto le metes más caballos o modificaciones ya ni te cuento… Es incluso alucinante ver como el mismo coche con el spoiler trasero modificado puede cambiar su comportamiento de forma tan notable. Todo un reto para los amantes del tunning.
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