Y eso es precisamente lo que se nos vuelve a presentar aquÃ, laberintos plagados de enemigos, bombas como arma principal y bloque y bloques de ladrillo que nos entorpecerán el paso y que deberemos quitarnos de encima, cada fase terminará cuando encontremos la salida, la cuál estará aleatoriamente bajo un pedrusco u otro, esto nos llevará muchas veces a tener que destrozar todo lo que encontremos en pantalla. La mayorÃa de escenarios ocuparán poco más de la pantalla asà que gracias a esto podremos trazar estrategias a seguir, continuando la buena labor empezada en Bomberman 64 de introducir argumento a estos juegos esta vez también contaremos con un hilo diferente en cada uno de los mundos y todo no será simplemente reventar piedras y encontrar salidas, pero todo esto ya lo detallaremos más cuando hablemos de su jugabilidad.

Gráficamente nos encontramos con un inconfundible olor a clásico, cierto es que todos los personajes y escenarios han sido modelados en 3D pero por la limitación jugable que sufrimos a merced del enfoque de estas laberÃnticas fases nos dejan con un desarrollo lineal con vista aérea, como ya decÃamos antes puramente clásico. Conforme vayamos avanzando iremos encontrando nuevos detalles como enemigos más complejos gráficamente o alternativas al plano en lo que a escenarios se refiere (rampas, peldaños….). Cada mundo tendrá un entorno gráfico que le dará personalidad propia y nos encontraremos con una buena matización y un buen uso de la paleta de colores que sabrán definir bien la temática de cada mundo (los cuales nombraremos luego), también encontraremos algunos efectos principalmente basados en explosiones que, aunque algo tÃmidos, le dan alegrÃa al juego. Por lo demás poco cabe resaltar, cualquiera que haya jugado con otro bomberman ya sabrá cuál es el entorno gráfico con el que se va a encontrar, ya que por ejemplo la gran mayorÃa de los enemigos son refritos de viejos diseños.
Sonidos tÃmidos que representan explosiones y demás altibajos del entorno jugable, poca importancia de las melodÃas, sonoramente es un tÃtulo bastante discreto que se limita ambientar lo que vemos en pantalla de forma correcta, gruñiditos emitidos por Bomberman y poco más que resaltar.
Dentro de cada laberinto tendremos que adaptar una estrategia y una forma diferente de abarcar nuestro rumbo hacia la salida, deberemos ojear bien la posición de enemigos y la colocación de las barreras, tanto de las que podemos destruir como de las que no, mentalmente deberemos idear nuestra estrategia para no quedar encerrados merced de los chicos malos. Ligados a la jugabilidad y al discurrir de cada fase encontraremos una serie de elementos. El primero es el tiempo que se nos deja para completar cada laberinto y que rondará siempre los tres minutos, esto hace que no podamos esperar mucha duración del juego. También contaremos con los antes citados power-ups los cuales le siguen dando un toque clásico al tÃtulo, aunque esta vez encontramos una novedad en este sentido y es que los Ãtems se irán depositando en una despenda de artÃculos que podremos usar cuando nos interese, es decir no tomarán efecto inmediatamente a que los rocemos.
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