Ace Combat Zero:The Belkan War

Cortando el aire
A la hora de afrontar las 18 misiones de tierra-aire y aire-tierra disponibles en el juego nos acompañará la ya habitual mecánica de combate de esta saga, poca mejora en el  realismo gráfico y en los efectos producidos en la batalla en cuanto  a sus antecesores, poco más se podía ya hacer frente al gran trabajo técnico que fue realizado para Ace Combat: Jefe de Escuadrón, y para aquellos que quieran introducirse a modo novel en esta saga diremos que básicamente las misiones consisten en eliminar unos objetivos que estarán localizados por nuestro radar y que buscarán nuestra espalda continuamente para abatirnos (cosa no muy difícil dada la nula resistencia de nuestras aeronaves).
Así pues deberemos de surcar los aires y con nuestra habilidad y el trazo de intuitivas piruetas podremos poner sobre el objetivo a nuestros enemigos para darles el correctivo de turno, mecánica que puede parecer algo simple pero que si no tenemos cierta experiencia en otras entregas nos llevará a dar mil vueltas sin llegar a dar con el resultado que deseamos, un extraño compendio, ya que para algunos su manejo será algo simple pero para aquellos que no entienden bien la filosofía de estos juegos será como cazar moscas a cañonazos, así que lo mejor para ambos es adaptarse hasta estar familiarizados con la mecánica de juego. Hasta entonces algunas misiones pueden resultar algo monótonas y nos dará la sensación de estar girando hacia ningún sitio, pero tranquilos, en cuanto carguéis con unas pocas misiones a vuestra espalda esa sensación tornará en otra de seguridad y la sed de guerra os inundará.

Al final de cada misión se nos catalogará con diferentes rangos según nuestro comportamiento en batalla (Mercenario, soldado o caballero), y esta es una buena manera de darnos cuenta de que con el paso de cada guerrilla estaremos más rodados en el asunto, así pues  agudizaremos nuestra intuición y nuestros giros y planeos tornarán más y más efectivos. Las citadas categorías que recibiremos también indican nuestra lealtad en combate, así pues se tendrá en cuenta el tipo de arma que usemos para abatir al enemigo, y el nivel de nobleza con que le hagamos pasar su último aliento (si es traicioneramente y sin acritud seremos merecedores del término mercenario).
Así pues también contará el tiempo que perdamos en ir más allá de la misión indicada. Poco más cabe resaltar sobre la jugabilidad salvo pequeñas novedades como la posibilidad de elegir un escuadrón en según qué misiones. Esto variaría el enfoque de la misma de un aire-tierra a un tierra-aire; la inteligencia artificial con la que los enemigos han sido dotados es correcta pero no va mucho más allá de esquivarnos y buscarnos las cosquillas (aunque se verá acentuada conforme cada misión se acerque a su final). A algunos podrá parecerles que 18 misiones son pocas, pero la duración de algunas de estas nos hará olvidar tal idea, y habrá momentos en los que todo el esfuerzo invertido se vendrá abajo con la aparición de fuerzas de elite belkianas que nos podrán en verdaderos apuros. Conforme las vayamos superando estaremos capacitados para pilotar máquinas de mayor poder destructivo y gracias a esto podremos contemplar réplicas de verdaderas maravillas del mundo de la aviación belicosa. La opción de multijugador nos introducirá en batallas a pantalla partida como si de un juego de velocidad se tratase, ello podrá generar piques muy interesante pero es totalmente una opción secundaria teniendo en cuenta que no disponemos de modo on-line, aclamada opción que está causando furor en juegos de otros sistemas y que parece ser el gran olvidado de las más recientes novedades de PS2.