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CRÍTICA 2: Por Borja García Ruete [Raistlin Majere]
La relación videojuegos-cine ha cobrado vida en los últimos años. Cada vez son más los cineastas que se atreven a tomar licencias de los videojuegos para filmar sus propias películas. Este hecho se puede vislumbrar como algo positivo, pero también hay que observar otras perspectivas. Para ello lo mejor es plantearse la siguiente cuestión: ¿Lo hacen para crear una buena película o simplemente para lucrarse a costa de un nombre comercial? La pregunta es simple y fácil de responder, desgraciadamente en el mayor número de los casos la alternativa que elegiríamos sería la segunda. Películas como Super Mario Bros, Street Fighter o Mortal Kombat han demostrado como una licencia atractiva puede transformarse en un bodrio infumable. La situación no ha dado un verdadero vuelco desde que estos "petardazos" inundaran los cines hace años, de hecho ésta se ha tornado más desalentadora si cabe. Como espectador y amante de los videojuegos que soy, he de sentirme decepcionado ante "atentados" de la talla de The House o the Death o Alone in the Dark, ambos firmados por el incombustible realizador (por llamarlo de alguna forma educada) Uwe Boll. Este hombre ha mostrado al mundo el ejemplo de cómo no debe hacerse una película, y mucho menos una adaptación del videojuego al cine. Desgraciadamente tiene proyectadas Bloodrayne (que ya fue aniquilada y masacrada por la crítica) y Dungeon Siege, que esperamos no sea tan terroríficamente penosa como sus hermanas de sangre.
Entre toda la morralla existente, es difícil rescatar alguna película de la quema, quizá aquél Final Fantasy: La Fuerza Interior de Hironobu Sakaguchi, que fue poco valorada por la crítica y la taquilla pero que introdujo un excelente diseño en tres dimensiones que hoy día sigue sorprendiendo. En el género del terror Paul WS Anderson (viejo conocido por dirigir la antes mencionada Mortal Kombat), irrumpió con Resident Evil, una cinta divertida pero con un argumento absurdo y rimbombante y todos los ingredientes del cine "palomitero" de acción, con escasa personalidad y nulo carisma.
Silent Hill abre sus puertas…
Ha pasado ya bastante tiempo desde que Konami anunció que se iba a rodar una película basada en uno de sus sagas clave, Silent Hill. Mirando los antecedentes, cualquiera podría haber pensado que el proyecto iba a ser un nuevo fracaso, pero nunca hay que olvidar que existen excepciones que invalidan una regla que se da por supuesta, y Silent Hill es sin duda una de ellas. El director francés Christophe Gangs (El Pacto de los Lobos) ha sido el encargado de adaptar a la gran pantalla este clásico de los videojuegos de terror (o Survival Horror, término acuñado para definir los juegos de este género). Detrás del argumento tenemos a Roger Avary (guionista ganador del Oscar por Pulp Fiction), que ha escrito la historia tomando elementos y localizaciones de la franquicia de Konami. Hay que matizar que el filme no está basado en ninguno de los juegos, más bien está inspirado. Por ello en el guión no se puede encontrar una conexión pura y directa con ninguno de los argumentos de los Silent Hill aparecidos hasta la fecha. Aun así, como ya se ha apuntado, se han tomado diversos elementos y también se han introducido nombres (principalmente del primer Silent Hill para Play Station y PC) rescatados de la obra del Silent Team.
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