|
Desde la perspectiva puramente cinéfila, la película es merecedora de uno de los calificativos más benevolentes con un género que ha caído en las manos del maniqueo y el costumbrismo: que es diferente. Es una de esas películas que da que pensar, que transmite.
Por un lado, es una película de terror, aunque sea un terror similar a las películas antiguas del género, más inclinado a la psicología, creando mucha tensión y angustia en numerosas ocasiones, cosa que a estas alturas iba haciendo falta en el cine. Pero por otro lado, es una historia tierna, donde no se pierde en ningún momento el amor entre una madre y su hija.
La historia en su devenir reposa un buen sabor de boca, aunque prevalezca el intento por satisfacer al seguidor de la saga del videojuego, no revelando del todo el misterio que enmarca el carisma de Silent Hill. Los desconocedores del trepidante videojuego serán quienes padezcan un mar de dudas, si bien un segundo visionado o una reflexión a fondo puede despejar parte de las nieblas, todo gracias a un guión bien estructurado.
Puestos a buscarle una tara a la película, encuentra su talón de Aquiles en la velocidad con la que se desgrana la historia. El comienzo es lento, detallado, especial… pero a medida que el argumento avanza, las secuencias se suceden rápidamente, llegando a desvelar aspectos fundamentales en una sola escena, sin que esto reste interés al producto final, pero sí denote cierta precipitación. El guión, a pesar de su aparente sencillez, entrama una complejidad que se escapa al público externo a la trama.
Radha Mitchell y Sean Bean encabezan el reparto. Seguramente si hubieran sido actores "modelo" la película habría pecado de prepotencia, y si no fueran conocidos, habría pasado inadvertida. Por suerte, son conocidos y con cierta fama, y ningún actor del reparto anula a otro, lo que hace que todo esté armonizado y perfectamente encajado.
Otro aspecto sobresaliente de Silent Hill, es el diseño de producción, de Carol Spier, junto con la dirección artística y el diseño audiovisual. La ambientación de las diferentes localizaciones es realmente singular. Al igual vemos lugares fríos, luminosos y recogidos, que lugares oscuros, angustiosos y sobrecogedores. Los enemigos que podemos ver en el film, no están hechos por ordenador, lo que ayuda a su realismo, además de tener un diseño amorfo y sobredimensionado, pero desde luego hermoso, aunque para algunos inmaduros que quieran ver una película de terror moderno pueda resultar incluso ridículo o gracioso, dada su ignorancia, ya que Silent Hill es una película original, que enseña sin duda lo que podría ser una nueva forma de hacer cine.
Lo mejor:
- Música
- Ambientación
- Guión
- Vestuario
- Diseño de personajes
Lo peor:
- Se echa en falta más miedo
- El doblaje al castellano
CALIFICACIÓN PELÍCULA: (Obra maestra)
CALIFICACIÓN BSO: (Obra maestra)
|