Construido sobre el mismo Unreal Engine 5, el juego deberÃa lucir igual de bien que su predecesor. Y lo hace, en parte. El modelo de RoboCop sigue siendo espectacular y los efectos en los tiroteos son de un buen nivel. Sin embargo, y aquà viene lo incomprensible, el rendimiento general es notablemente peor. Siendo un juego menos exigente y con un motor que el estudio ya deberÃa conocer al dedillo, nos hemos topado con zonas inexplicablemente oscuras, cambios bruscos de iluminación y pequeñas ralentizaciones sin sentido aparente. A nivel de escenarios, la OmniTower nos llevará por oficinas genéricas, laboratorios de alta tecnologÃa y pasillos de servicio que, aunque correctos, no sorprenden y se sienten repetitivos.

Aquà tenemos una de cal y otra de arena. Donde no hay pegas es en el diseño de sonido y las voces. El icónico sonido de la Auto-9 sigue siendo música para nuestros oÃdos, las explosiones son contundentes y escuchar a Peter Weller como RoboCop es un lujo. Sin embargo, la banda sonora es simplemente pasable. Acompaña la acción sin molestar, pero carece por completo de la fuerza y la epicidad de la partitura original de Basil Poledouris; no esperes que te traiga la nostalgia de las pelÃculas.
Conclusión
RoboCop: Rogue City - Unfinished Business no es una mala expansión, pero sà decepciona. Se siente como un apéndice, como unos cuantos niveles que se quedaron fuera del juego final. La acción sigue siendo divertida, y los flashbacks de Alex Murphy son un añadido, pero la pérdida de la estructura semiabierta, la falta de desafÃos reales y, sobre todo, un rendimiento técnico inferior e inexplicable, hacen que la experiencia global sea claramente inferior a la del juego base. Es un contenido recomendado para los fans más acérrimos que se quedaron con ganas de más plomo y que necesitan una última dosis. Para el resto, es un contenido perfectamente prescindible que no empaña el recuerdo del gran juego que fue Robo-Cop: Rogue City, pero que tampoco lo engrandece.