San Diego Comic-Con Málaga 2025: Feria

PC, PlayStation 4, Xbox One, Switch, PlayStation5, Xbox Series, Switch 2
Publicado el 05-10-2025 a las 23:00 <<   Página 2 de 4   >>   
Autor: Juan Ramón "juanramonh" Herrera
La oferta se completaba con Movistar Riders. Su zona de PC apostó fuerte por el desarrollo local, mostrando títulos creados en la tierra. En la parte de consolas, varias PlayStation 5 estaban a disposición del público. Aquí, como era de esperar, la gente se echaba unas partidas a los sospechosos habituales: EA Sports FC y Fortnite. Junto entre ellos, se encontraba Blades of Fire, la última creación de MercurySteam, entre otros títulos indies. Y aquí tenemos una pequeña espinita clavada: nos hubiera encantado que estos títulos, especialmente el de un estudio nacional de la talla de MercurySteam, hubieran sido los verdaderos protagonistas en lugar de quedar en un segundo plano.

La zona comercial: Tesoros, morralla y la sombra de la especulación 

Una Comic-Con sin una zona comercial es como un superhéroe sin capa: le falta algo esencial. Y en Málaga, los puestos de venta estaban repartidos por todo el pabellón, creando un laberinto de tentaciones para nuestras carteras.

Por supuesto, no podía faltar el stand oficial de la feria, donde podías comprar merchandising exclusivo del evento, aunque a unos precios un pelín elevados. Correos España también tuvo su rincón, con unos sellos especiales y exclusivos de la convención que eran una chulada, aunque también tenían otro material de DC que llevo viendo meses en la oficina de mi barrio. FNAC tampoco se perdió la fiesta, montando un puesto con descuentos en los productos que tenían a la venta.

Pero no todo lo que reluce es oro. Conforme paseabas, te encontrabas con algunos puestos que eran, seamos claros, bastante cutres. Daban más la pinta de una feria de pueblo que de un evento con el renombre de San Diego Comic-Con. Y aquí tenemos que ponernos serios: nos jugaríamos la acreditación a que alguno de esos puestos tenía productos falsos. Vender imitaciones con dos “bemoles” en un evento de este calibre, y que la organización se lo haya tragado, es, como mínimo, preocupante. Y hablando de prácticas cuestionables, también había un stand de venta de videojuegos de todas las generaciones, pero con unos precios inflados y una motivación por la especulación que echaba para atrás.

Pero la medalla de oro al conflicto, al caos y a la miseria humana se la llevó, sin duda alguna, el stand de Funko Pop!. Las carreras a primera hora de la mañana y las colas formadas horas antes de que abrieran las puertas tenían un único objetivo: hacerse con una edición limitada. Y aquí es donde hay que hablar de la puta especulación.

Es asqueroso ver a esa horda de buitres, a los que el coleccionismo se la suda, corriendo para acaparar todo el stock y joderle la mañana al verdadero fan. ¿Su plan? Comprarlo y, sin ni siquiera salir del recinto, ponerlo a la venta en Wallapop, Ebay o similares, subiendo su precio 10, 20 o hasta 30 veces. Son unos bastardos y unos cerdos que pervierten el hobby. Pero luego hay gilipollas que lo compran, alimentando a estas ratas y perpetuando el ciclo.

Es una auténtica lástima que toda esa energía y dinero no la puedan usar para algo más productivo. O que no les entre, qué sé yo, una enfermedad tan rara que tengan que vender hasta el último Funko a precio de coste para costearse la cura. Sería justicia poética.

El ecosistema del pabellón: Del arte a la promoción descarada

Más allá de las zonas principales, el recinto era un hervidero de actividad. El corazón de la feria, como siempre, era el Artist's Alley. Un montón de pequeños puestos donde artistas increíbles mostraban sus trabajos y creaban ilustraciones en directo. Entre ellos, a veces te topabas con auténticos pesos pesados, como el gran Salva Espín o el mismísimo John Romero, creador de Doom. El problema, una vez más, fue la desinformación. Si no estabas muy atento o tenías la suerte de pasar en el momento justo, te podías perder auténticas joyas.

Por supuesto, la maquinaria promocional de las grandes marcas funcionaba a pleno rendimiento. Disney tenía stands dedicados a sus próximos bombazos, Predator: Badlands y Tron: Ares. Nickelodeon hacía lo propio con las Tortugas Ninja, y hasta un banco se había colado en la fiesta con su propia promoción de héroes. Eso sí, para ver un pequeño avance de apenas unos minutos, a veces tenías que tragarte una cola que amenazaba con durar más que la propia película que estaban promocionando.

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