Durante toda la aventura vamos a tener referencias, por tanto, a todas las iteraciones de la saga, mucho fan service y un guion sobresaliente ya que Ron y Dave siguen en plena forma, con mucha cohesión entre lo que va sucediendo y lo que sucedió en los juegos anteriores. También hay una especie de trivial. A lo largo de la aventura, iremos encontrado unas tarjetas con preguntas diversas para responder sobre el juego, curiosidades y el desarrollo no solo de Return to Monkey Island, si no de los juegos anteriores. Mola.
Y a pesar de ser una de las mejores aventuras gráficas de los últimos años, todo este fan service es lo que, como juego unitario, le pasa más factura sobre todo de cara a que los personajes nuevos, aunque son buenos, no terminan de tener la misma fuerza que los antiguos y es que Stan es mucho Stan.
De todos modos, y esta va a ser la única mención explícita que voy a hacer a nivel de historia por no aguar las sorpresas, estoy seguro de que si Gilbert hubiera realizado Monkey Island 3 y posteriores, Elaine JAMÁS se hubiera casado con Guybrush y no aparecerían en este Return to Monkey Island tan tortolitos, pero como dije, esto es una concesión a nivel de lore que han tenido que hacer para respetar los juegos anteriores. Y por cierto, LeChuck en Monkey Island 2 andaba a trompicones y hablaba escupiendo… algo que también me ha dado pena no ver.
Pero repito, la historia es buena, enlaza todo muy bien, los hechos acontecidos absurdos como siempre, os sorprenderá el prólogo, y mucho más el final. Estos tíos son unos genios al menos, a mi parecer.
Los puzles y la jugabilidad
Estamos ante un point and click de manual, aunque el interfaz está retorcido y se le ha dado una vuelta. Siendo esta gente quienes son, y tras el estupendo Thimbleweed Park, yo, siendo un poco abuelo cebolleta, me hubiera gustado un sistema de verbos y el inventario en la misma distribución peeeeeeeeeero han decidido “mejorar” el sistema. Ahora el verbo se elige automáticamente en función del objeto seleccionado y de donde lo queremos usar, o incluso, si un objeto no es usable en algún punto de la pantalla, el juego nos lo indicará con un icono para evitar que tengamos que leer/escuchar a Guybrush decir de manera ingeniosa que no puede usarlo. Esto es bueno, pero a cambio facilita la resolución de los puzles. Ya os digo, a mi me hubiera encantado el sistema de verbos, pero simplemente por pura nostalgia. Return to Monkey Island se juega superbién tal cual se juega.
Como dijimos antes, sigue siendo un juego que hace bastante gala del humor absurdo y socarrón, pero ahora, los puzles son más lógicos que en las tres primeras iteraciones y a poco que tengamos atención sobre lo que se va hablando, tendremos las pistas suficientes para entender la situación y dar salida al puzle.
De todos modos, en un alarde de franqueza, Gilbert y Grossman nos “prestan” un libro de pistas que podemos revisar en cada momento si nos quedamos atascados. A ver, la magia de estos juegos es pensar, evaluar las situaciones y comprender bien en función de los objetos que tenemos o lo que hay en el escenario para actuar de la manera correcta, ¿pero quien no ha ido a mirar alguna vez una guía o un video de Youtube? Por eso está el libro ya que, con él, Ron y Dave nos permiten incluso que no tengamos que salir del juego y realizar una búsqueda, si no que en según el momento en que estamos, nos dirán exactamente que es lo que nos hace falta.
Pero redundar en que esto le resta magia y también, dificultad. Y hablando de la dificultad, hay un modo casual y uno para verdaderos piratas, al estilo de lo visto en Monkey Island 2 por ejemplo, pero no os lo recomiendo. En definitiva, el juego está bien balanceado en cuanto a dificultad y es complejo en algunos momentos, pero quizás es una pizca más fácil que los anteriores, aunque esto puede ser porque soy jugador tanto de la saga como de la vieja escuela, con lo que ello conlleva. Tampoco es super largo, sobre unas 8-10 horas, pero suficientes para disfrutarlo enteramente.
