A nivel de música, el juego es sublime. La BSO, ya sea por temas propios, como adquiridos es magistral. La elección de las canciones está bien llevada, ya sea la música de menús como la de carrera en el rally musical, que es un método bastante simpático de echar una carrera sin más. Por fin han cambiado el chirrido de las ruedas cuando derrapábamos, que llevaba siendo el mismo desde los juegos originales de PSX, y aunque no es demasiado diferente, si que no es el mismo. Tenía el chirrido metido en la cabeza desde la primera carrera de resistencia del GT original, así que bien por Polyphony. A todo lo que hemos dicho del sonido, se incrementan las sensaciones por el sonido 3D que implementa, y del que podremos disfrutar más si jugamos con auriculares. Toda una gozada.
Vuelta a los orígenes
Esto sí que nos ha parecido muy bien. GT7 vuelve a la estructura de juego que alumbró en las primeras iteraciones. Volveremos a empezar con poco dinero y solo unos coches a nuestro alcance. Tendremos que sacarnos los diferentes carnets o licencias para ir pudiendo competir y disfrutaremos de concesionarios para ir adquiriendo coches, comprar partes y elementos mecánicos para mejorar el rendimiento. Esto nos gusta y te motiva a seguir jugando. Además, permite bastante personalización en lo que a los reglajes se refiere, pudiendo ir experimentando con ellos hasta rascarle decimas al crono en los diferentes circuitos.
Ahora, el centro de todo es el “Café”, que como su nombre indica, es una cafetería virtual donde nos darán misiones, menús temáticos como lo llama el juego, donde nos irán indicando sobre conseguir vehículos y que permitirán ir desbloqueando nuevas zonas a las que acceder. Es decir, de partida prácticamente todo está bloqueado, ya sea porque económicamente no podemos acceder a los vehículos o porque directamente, el juego te corta el acceso hasta cumplir determinados objetivos como las licencias o los propios menús temáticos. Huelga decir, que a la vez que vamos resolviendo misiones y nos van dando nuevas, nos irán comentando aspectos sobre la misión y nos darán explicaciones e información muy interesante de los diferentes coches, completando el aspecto de enciclopedia del juego.
Como ya hemos mencionado más arriba, también tendremos el modo Rally de música, que es un simpático modo de juego en el que correr, no contra el crono si no contra la música… nah, en el fondo es contra el crono y tendremos checkpoints, muy arcade todo. Cuanto mas intensa sea la música, más rápido avanzara el contador de unidades, y cuando este llegue a 0, perderemos. Como ya digo, no es tiempo en sí, pero como si lo fuera. Lo bueno del modo, es la música elegida. Escuchar el “Carmen” de Bizet siempre mola por la relación que ya le tenemos para con el motorsport, no obstante, es la música de podio de la F1.
¿Jugablemente como está?
Primero, conste que he jugado sin ninguna ayuda a la conducción, como hago con todos los juegos/simuladores que llegan a mi poder. Tras esta aclaración, a mí me parece que personalmente, y puede que esto no guste a todos, la etiqueta de simulador se le queda ampliamente grande a Gran Turismo. Si puedo considerarlo un buen simcade, pero se me queda un peldaño o dos por debajo de otros juegos que si son simuladores. El coche más o menos se comporta bien, pero pierde mucho realismo en cuanto se separan un poco del suelo alguna de las ruedas o el coche empieza deslizar. Casi nunca tengo la sensación de que apretar el gas a la salida del vértice me de sensación de perdida del coche y tampoco me parece que juegue bien con los repartos de pesos y los balanceos de la carrocería.
