En cuanto a la historia, la saga Dragon Quest siempre se ha dirigido hacia la simplicidad. Al contrario de otros juegos del género como el mismo Final Fantasy o tÃtulos como Vagrant Story o Tales of Phantasia, DQ deja atrás las numerosas subtramas y las múltiples encrucijadas para centrarse en una historia principal. La historia de esta octava entrega nos cuenta como Dhoulmagus, un hechicero de muy oscuras intenciones, decide irrumpir en el castillo del rey maldiciendo a todo lo que se mueve. Tras conjurar su hechizo, el monarca del reino es transformado en rana y su hija, la princesa Medea, termina convertida en un lindo corcel. Aunque el mal ha atravesado con fuerza las puertas del castillo, un personaje se salva de la transformación...tú. A partir de ese momento, toca buscar al mago para conseguir eliminar el mal hecho y de paso borrar del mapa al enigmático mago.

Centrándonos en el apartado jugable, huelga decir que el videojuego cuenta con todas las identidades de los RPG´s japoneses tradicionales: batallas aleatorias, búsquedas, y muchas conversaciones para ejercitar la labia. No obstante, Dragon Quest cuenta con algunas particularidades que no se ven en todos los juegos del género. Para empezar, nuestro personaje principal no habla en todo el juego. Según su creador, esto sirve para que el jugador se sienta como si fuera el personaje (igual que con el caso de la saga Zelda). Los combates por turnos, a diferencia de otros videojuegos, se ven desde una perspectiva en primera persona...con los comandos habituales, claro. Eso sÃ, para esta nueva entrega por primera vez se pueden ver los ataques que realiza el personaje. Por ejemplo, cuando ejecutas un hechizo, se ve al personaje realizándolo.
Dragon Quest: El Periplo del Rey Maldito llegará a los comercios españoles en abril. Será durante esa fecha cuando Todojuegos realice un análisis en profundidad. ¡No os lo perdaÃs!
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