Una vez sabemos lo que hemos tardado en instalar el juego y lo que ocupa, podemos obtener la velocidad media de copia.
Gracias a Octopath Traveler, tenemos ocasión en esta prueba de comprobar la gran mejora que supone tener ese trozo de SSD para las operaciones “ligeras”. Sus poco más de 3 gigas seguramente quepan directamente en la parte sólida, por lo que llegamos a alcanzar velocidades de casi 300 megas por segundo en ambos discos, casi duplicando las velocidades del otro disco externo y el interno SATA3. Una vez empezamos con juegos de mayor tamaño, el resultado es claro, el FireCuda de 2.5 pulgadas tiende a quedarse en una velocidad cercana a los 100 megas por segundo, mientras que el FireCuda de 3.5 pulgadas despega hasta velocidades de 150 megas o más. Sin duda, un rendimiento increíble para un disco externo, que deja en ridículo al SATA3.
En Xbox vemos resultados similares a los de PC, pero en velocidades brutas mucho más comedidas. Mientras que un disco normal externo se queda en los 50 megas por segundo, el FireCuda de 2.5 pulgadas le duplica en velocidad hasta llegar a los 117 megas, mientras que el FireCuda de 3.5 pulgadas le gana en la mayoría de los casos, si bien sus velocidades de 140 megas por segundo no son tan increíbles como las obtenidas en el PC.
De nuevo en PlayStation solo podemos comparar nuestro disco externo con el FireCuda de 2.5 pulgadas, pero los resultados rompen la tendencia que estábamos viendo. Sólo el 13 Sentinels: Aegis Rim consigue funcionar mejor en el FireCuda, por lo que sólo podemos concluir que o bien vamos a sacar un buen rendimiento en una PlayStation 4 por cómo se empaquete su código, o bien que estamos ante una casualidad y que PlayStation en general no parece funcionar de una manera que favorezca el uso de un mejor disco duro externo.
