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 Combinación de géneros, simplificados
  La clave del juego 
es que toma de todos lados, ofreciendo multitud de mecánicas, pero no se
 compromete con ninguna de ellas hasta tal punto que suponga un juego 
complicado, o acabe provocando que los turnos de juego duren media 
tarde. Por ejemplo, en la gestión de las provincias, será fundamental 
que vayamos moviendo a nuestros ejércitos por el tablero para ir 
mejorando los edificios presentes en ellas, de una forma similar a 
Civilization, pero de forma más sencilla. Básicamente, cuando queramos 
mejorar una provincia, tendremos que realizar la acción con nuestro 
señor vampiro, y robaremos varias cartas, escogiendo entre ellas el 
efecto del que nos queremos beneficiar. No hay colas de construcción, no
 hay producción, no hay felicidad o moral. Solo acciones directas.  
    
   Ocurre
 algo similar con las investigaciones, ya que tendremos un árbol de 
tecnologÃas a ir desarrollando, pero iremos avanzando en él conforme 
adquiramos experiencia, y escogeremos directamente sobre la marcha la 
tecnologÃa o polÃtica a obtener, sin más. La composición de nuestros 
ejércitos será igual de simple. ¿Queremos incorporar una determinada 
unidad a uno de nuestros señores vampiro? Pues le llevaremos a la 
provincia donde se genere ese tipo de unidad, gastaremos un punto de 
acción, y la reclutaremos, pagando sangre por ella. Fin. No habrá 
necesidad de esperar semanas a que haya nueva población como en Heroes 
of Might and Magic. ¿Comprar nuevas cartas de equipo o conjuros? Otra 
vez, mandamos a nuestro señor vampiro a la provincia con la biblioteca o
 la herrerÃa, consumimos la acción y la obtenemos, suponiendo que 
tengamos suficiente sangre. Todo claro, directo, y sin añadir capas de 
complejidad al juego.
  Los combates también parecen resultar 
similares a los de Total War en un primer vistazo, pero descubriremos 
que, en realidad, es más un Final Fantasy Tactics o un Disgaea. Para 
empezar, todos los combates serán por turnos, decididos en base a la 
velocidad de cada unidad, por lo que iremos moviendo a nuestras unidades
 de forma alterna con el enemigo. Si estamos en rango podremos 
atacarles, siendo especialmente importante el ser capaz de rodear al 
enemigo, puesto que obtendremos ataques más potentes de lo habitual. 
También tendremos que echar un ojo al terreno, ya que, si bien no 
supondrá un problema para nuestro movimiento, existen objetos especiales
 que nos darán bonificaciones si nos ponemos a su alrededor. Como veis, 
mecánicas simples alejadas de las tÃpicas de moral o avituallamiento, 
que también darán de si para combates más rápidos.
  Estas 
simplificaciones, si bien pueden resultar algo burdas para los que 
provengan de juegos más detallistas, son lo que, en mi opinión, acaban 
dando la vida al juego, al permitir turnos rápidos y dinámicos, y 
resultando ser una efectiva introducción al género de la alta estrategia
 eliminando las partes más soporÃferas.
  
     
    
   Una estética digna de los magos de la costa
  Desde
 el mismo video de introducción, el juego nos dejará claro que tiene un 
estilo pictórico muy particular. FantasÃa dibujada obviamente a 
ordenador, los gráficos de los personajes, de las propias cartas y de 
los eventos parecen sacadas de juegos como Magic the Gathering, siendo 
muy parecidas a las mil cartas de vampiros que hay para el color negro 
en este conocido juego de mesa. Este estilo se mantiene de forma acorde 
en todos los modelos 3D del juego, desde la vista de las provincias, 
hasta el diseño de los soldados y unidades combatientes. Los tres clanes
 además son muy diferentes tanto en trasfondo, como en estética, por lo 
que realmente disfrutaremos de partidas muy distintas dependiendo del 
ejercito que escojamos.
  
    
 
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