Desde el logotipo de la distribuidora, que parpadeará más rápido que un fluorescente en mal estado, al cambio repentino del punto de vista a una especie de caleidoscopio, esta representación acaba pasando factura a nuestros ojos. Os lo digo totalmente en serio, se abusa de los parpadeos y destellos blancos sobre negro, repentinos y rápidos, además de patrones y formas geométricas conocidos por su potencial para provocar ataques. Es imposible jugar más de 15 minutos sin que tengamos un terrible dolor de cabeza.

Mirándolo desde otro punto de vista, quizás no es tan buena idea que el autor desarrolle una compatibilidad con gafas VR.

Conclusiones

Seré franco. Rememoried, pese a venderse como un videojuego, utilizarse como un videojuego y utilizar herramientas para crear videojuegos, no es un videojuego. Encontrad la palabra que queráis para referiros a él, ya sea un producto comercial, una representación artística, una obra... pero no es un juego. No cumple las mínimas expectativas para lo que cabe esperar de un juego en sí. No hay reglas claras o definidas, la interpretación subjetiva de lo que va sucediendo en nuestro monitor provoca que resolvamos las situaciones prácticamente de chiripa, sin que supongan un puzzle convencional en ningún sentido.

Pero ojo, tened en cuenta que este comentario tan sólo valora a Rememoried como videojuego. Podríamos hablar de su valor artístico, cómo su falta de trama nos inspira a encontrar sentido donde no lo hay, los sentimientos que evoca, su uso del surrealismo para definir la volubilidad de la psique humana, o a qué se refiere el autor con la búsqueda interminable de estrellas y la tremenda cantidad de frases profundas e inconexas con las que nos bombardearán. Pero esa tarea le corresponde a un grupo de estudio, o a uno mismo, si está interesado en explorar estas facetas del producto. No a un análisis de videojuego.

Puntuaciones

Gráficos: 2.5

Sonido: 5.5

Jugabilidad: 0.5

Duración: 8.0

Multijugador: 0.0

Historia: 6.0

TOTAL: 1.5