Cada trabajo conlleva el uso
de un armamento diferente, desde espadas, ya sea a una o a dos manos, a
arcos, pasando por garras o bastones. Aparte de la obvia diferencia en
el modo de combatir que supone esto, cada trabajo también aporta
diferentes habilidades y hechizos que podremos lanzar en cualquier
momento en mitad del combate. E igualmente, si nos aburrimos de estar
manejando a nuestro personaje, una pulsación del gatillo izquierdo
bastará para que pasemos inmediatamente a controlar al siguiente miembro
del equipo, pudiendo continuar incluso nuestro combo. Para terminar de
añadir variedad en los combates, personalmente, me encanta el sistema de
monedas de monstruo, muy cambiado con respecto a lo que ya se vio en la
primera parte.

Conforme combatamos a monstruos, tendremos la
posibilidad de que dejen caer sus medallas. Estas medallas nos
permitirán invocar al monstruo en cuestión, pudiendo participar éste de
tres maneras diferentes. Es posible que el monstruo nos ayude con su
habilidad, como aparecer y hacer daño o curarnos. La segunda opción es
que el monstruo aparezca y nos acompañe como si fuera un miembro más del
equipo. Y la tercera, y mejor opción en mi opinión, es que nos
transformemos en el propio monstruo. Y creedme, resulta bastante
entretenido ir por ahà destrozando cosas como un golem mientras un rey
limo nos cubre las espaldas. Aunque comerse un ataque brutal de un
enemigo que está fuera de cámara o perdernos entre la muchedumbre debido
a la tendencia del juego a ponernos siempre la vista lo más paralela al
suelo posible... eso ya no lo es tanto.
Más allá de la historia
El
juego en sà nos durará cerca de treinta horas, si bien podremos
estirar un poquito más el chicle gracias a los diferentes modos de juego
que se incorporan al tÃtulo de manera adicional a la historia. Por un
lado, tendremos una tienda en Acordia que nos dará misiones secundarias a
cumplir, si bien parecen misiones sacadas de un MMO bastante rancio, y
no suelen llegar mucho más allá del tÃpico recolector de objetos o
asesino de X monstruos. De hecho, algunas de estas misiones llevan un
lÃmite de tiempo, y resulta realmente angustioso, ya que el reloj
empezará a correr tan pronto como aceptemos la misión. Pero no tendremos
nada en la interfaz, ni en los menús, que nos indique cuál es nuestro
avance en la dichosa misión, teniendo que jugar "a ciegas", procurando
no olvidar nuestro objetivo y machacando botones hasta que aparezca el
cartel de misión completada.
Los desarrolladores han estado algo
más acertados en las mazmorras dimensionales, cámaras de pelea
consecutivas en las que pelear contra enemigos por doquier y granjearnos
suculento botÃn, acabando siempre en un gran combate contra un enemigo
poderoso. Lo más interesante de las mazmorras dimensionales son la
posibilidad de jugarlas en cooperativo online, un componente que se
encontraba ausente en la anterior entrega. El modo cooperativo también
se extiende al modo historia, pudiendo rejugar cualquier misión que ya
nos hayamos pasado anteriormente con alguien que solicite ayuda o con
nuestros amigos, o que seamos nosotros quienes solicitemos la ayuda de
un extraño o un conocido online.

El estilo Toriyama a lo largo de toda la franquicia
En
el apartado técnico, Dragon Quest Heroes II traslada con acierto el
estilo de Akira Toriyama, creador de Bola de Dragón y diseñador de
personajes de Dragon Quest desde sus inicios, al 3D, manteniendo también
un cierto estilo super deformed de lo más cómico. El juego cuenta con
una factura técnica realmente buena, jugándose de manera fluida y sin
cortes pese a la tremenda cantidad de enemigos en pantalla. La mayorÃa
de monstruos de la franquicia tendrán ocasión de sufrir nuestros golpes
en los diferentes reinos del juego, y todo esto lo haremos a la vez que
escuchamos una variada selección de temas seleccionados entre todas las
bandas sonoras de las entregas numeradas de Dragon Quest.
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