Peleas interminables y ejércitos inquebrantables
El
objetivo en los Musou suele ser claro y sencillo, si bien eso no
significa que nuestras partidas vayan a serlo. Tras seleccionar a un
héroe, un grupo de ellos o un ejército, nos lanzaremos a un inmenso
campo de batalla donde tendremos que cumplir diversos objetivos para
ganar la pelea. Acabar con los lÃderes enemigos, acabar con una cantidad
determinada de soldados, cruzar el lugar o llegar a un determinado
punto suelen ser los objetivos más simples y habituales, y hay que
reconocer que, lamentablemente, suelen ser uno de los puntos flacos de
este tipo de tÃtulos. Y es que a priori, la idea de un hack'n'slash en
el que llevar personajes poderosos haciendo todo tipo de combos contra
miles de enemigos (sÃ, miles, no estoy exagerando) suena muy bien sobre
el papel. Pero cuando nos empieza a salir una tendinitis en el dedo tras
una hora machacando enemigos sin parar y aún nos queda medio mapeado
por llegar, la cosa cambia.

Sin embargo, Dragon Quest Heroes II
tiene el gran acierto de separarse en este sentido de las reglas
inventadas por Omega-force. En lugar de centrarse única y exclusivamente
en las batallas, el ritmo del juego cambia al partir siempre de un hub
central, la ciudad de Acordia. Aquà seleccionaremos a quién llevar en
nuestro grupo, podremos subir de nivel, comprar nuevo equipamiento,
aprender nuevas habilidades, solicitar una misión, etc. Tras hablar con
los personajes de turno, y ver algún que otro video excelentemente
renderizado para hacer avanzar la historia, nos pondremos en marcha
hacia uno de los reinos, llegando a la correspondiente zona salvaje,
donde tendremos libertad absoluta para explorar y machacar enemigos,
convirtiéndose en este momento el tÃtulo en un action rpg más liviano de
lo esperado.
Una vez estemos preparados para avanzar en la trama,
podremos introducirnos en las zonas de batalla, que estas sà han
mantenido hasta cierto punto la esencia de las batallas vistas en
tÃtulos similares de Omega-force, y que tendremos que jugarnos de una
sola sentada. Aunque, por suerte para los que no disponen del lujo de
poder sentarse frente a un televisor una hora ininterrumpida, las
batallas a su vez se dividen en sub-batallas, pudiendo retroceder entre
una y otra a Acordia y guardar, o hacer cambios en nuestro equipamiento
sin ningún problema.
Un sistema de combate evolucionado
El
otro gran problema de los Musou ha sido siempre su repetitividad. No a
todo el mundo le gusta la idea de tirarse las horas muertas agarrado al
mando machacando bichos durante horas, o no encuentra el mismo aliciente
que otros en hacer combos de cientos de golpes acabando con las vidas
de miles de contrincantes. No quiero pecar de excesivamente optimista,
pero hay que reconocer que Dragon Quest Heroes II no es tan machacón
como otros tÃtulos. En primer lugar, está la gran diferencia del ritmo
de juego.

En lugar de contar con una serie de batallas en las que pelear
con un par de personajes, el juego hilvana cada fase hábilmente,
haciéndolo más similar a un juego de rol, y nos ofrecerá la posibilidad
de manejar a más de diez personajes distintos, siendo la gran mayorÃa de
ellos protagonistas de Dragon Quest anteriores, como Torneko y Alena de
la cuarta parte o Jessica y Angelo del más reciente Dragon Quest VIII.
Cada personaje cuenta con su propio trabajo, guerrero, ladrón ,mago,
etc, y los personajes protagonistas podrán intercambiar entre cada uno
de los trabajos sin mayor problema.
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