Por último, el desarrollo
del juego nos deja con menos momentos de plataformas de los que nos
gustaría y que en un principio abundan lo suficiente como para pensar
que la tónica variada del juego llegará hasta el final. Sin ir más
lejos, estas se reducen según avanzamos en el juego, cayendo en el
tópico del juego aburrido en el que solo debemos avanzar peleando hasta
encontrar a los jefes finales, para acabar con ellos de la misma manera,
aunque los mismos siguen siendo bastante originales y con diferentes
formas de acabar con ellos.
Las posibilidades de Drácula
Continuando
con el sistema de combate, este se ha mejorado ampliamente con respecto
a su primera parte y cuenta con el mejor añadido de todos: la cámara
libre, que nos permite controlar la acción desde la perspectiva que
queramos en todo momento y que no nos deja vendidos como sucediera con
las cámaras fijas del primer título. Solo en algún momento puntual
deberemos estar muy atentos a controlarla, pero no es un mal mayor. Por
supuesto, si nos centramos en las posibilidades de Drácula, tenemos que
hablar del repertorio de armas con el que contará nuestro protagonista.
Y
es que comenzaremos la aventura con el látigo de las sombras, que hará
las delicias de los amantes de los Hack and Slash con la acción más
directa y con una gran variedad de combos. Además, nos permitirán
alcanzar a los enemigos más lejanos y esto además se combina con las
garras del caos y la espada del vacío. Las garras del caos permitirán a
Drácula enfrentarse a los enemigos más poderosos defensivamente,
pudiendo romper sus armaduras con estas poderosas garras. Por su parte,
la espada del vacío permite a nuestro protagonista recuperar vida con
cada golpe que asestemos a los enemigos, aunque nos obligará a estar más
cerca cuerpo a cuerpo que con el látigo. Aún así da la sensación de que
el sistema de lucha acaba siendo bastante simple, aunque esto depende
de cuánto nos queramos complicar. Sistema de mejoras
Por
supuesto, todos los combates que tengamos durante la aventura nos
permitirán adquirir experiencia para el personaje, lo que nos reportará a
conseguir nuevas habilidades que nos harán más fácil enfrentarnos a los
enemigos enviados por Satán. A su vez, la experiencia nos permitirá
mejorar las armas como mejor nos convenga, así que podremos dar
prioridad primero a las armas que más nos gusten, aunque al final todo
se reduce en que llegaremos siempre al mismo destino de mejora, solo hay
que avanzar para desbloquear, sin otra clase de alternativa o incentivo
más que usar el arma que queramos mejorar.
El gran mal de Lords of Shadow 2: El Sigilo
Entrando
en detalles de lo comentado anteriormente, el sigilo es el gran mal de
Castlevania: Lords of Shadow 2, tanto que por momentos se vuelve
aburrido y tedioso y que en el peor de los casos, una rutina que para en
demasía la acción y el ritmo del juego más de lo necesario. Como todo,
aunque al principio es algo novedoso que aporta realismo porque
manejamos a un Drácula sin poderes por razones argumentales, luego acaba
siendo algo sin sentido: ¿Por qué seguir esquivando enemigos o
escondiéndonos de ellos en las zonas finales del juego, si ya tenemos
los poderes absolutos del personaje?.