Perdona, corazón... quedaste muda
después de esa jornada...
cuando te vi desnuda
y, acto seguido, sin pensar en nada
te tomé en forma ruda...!
Perdiste el habla... sé que fue terrible
y a mí mismo me espanta
que hoy seas inaudible
por tener retorcida la garganta
de manera increíble...
Pero al verte después de casi un mes
en un trance tan duro
he pensado si no es
lo mejor para ti que, sin apuro,
lo hagamos otra vez...