Persona 3

PS2
8.0
Persona 3 10 TodoJuegos
Publicado el 21-05-2008 a las 23:32
Autor: Omar Álvarez García

Suicidios, escolaridad y magia negra

El género del RPG japonés se permite la subsistencia fuera de su país de origen gracias a una base de fans incondicionales que aceptan a regañadientes lanzamientos tardíos, localizaciones regulares y un menosprecio absoluto por su género fetiche. Virgin ha actuado con valentía e inteligencia y ha apostado por traer a Europa un futuro clásico en las colecciones de cualquier J-Freak del género, la tercera entrega de la piramidal saga Persona.

Esta entrega corre a cargo de R&D1, creadores de Nocturne y Digal Devil Saga, iconos de Playstation 2 considerados por muchos los mejores RPGS de la plataforma. Los diseños de personajes tan comprometidos y particulares de Katsuna Hashino se complementan de forma paralela a una capa de barniz tradicional de estos juegos en Japón. Persona 3 no engaña, se trata de un RPG tradicional en cuanto a fondo pero radical en forma: una estrafalaria combinación de vida estudiantil (pero todo lo lejos de Bully que os podáis imaginar), temas tan personales y delicados como los suicidios adolescentes con gigantescos robots japoneses, katanas y misticismo barato.

Pero esta compleja fusión se justifica cuando se muestra en pantalla el juego en movimiento: estilizados personajes cell shading se mueven por entornos más típicos de occidente combinándose con malvados de ultra tumba delicados al más puro estilo sombras de Disney. Un cocktail sin igual que sorprende como rara vez consigue el género. No obstante no todo es derroche de originalidad: el sistema de combate no logra desprenderse de los derroteros clásicos, siendo cuestionable a estas alturas y las más de 40 horas de duración nos han parecido excesivas para un argumento inestable a partir de la media docena trascurrida. La BSO es otra característica a destacar, composiciones joviales se mezclan con costumbrismo japonés, con una diversidad por debajo de lo exigible pero compensada gracias a su calidad.

El desarrollo se construye a través de un nuevo personaje en la saga de tan sólo 17 años que pretenderá escalar en la organización S.E.E.S. (otro guiño a la cultura occidental, una hermandad al más puro estilo Skull & Bones con tintes de dramatismo nipón). Esta mezcla de Bully y tradicional RPG nos obliga a seguir un calendario escolar, aunque el juego avanza según la luna llena, donde el espacio se diluye entre el mundo real y el de las sombras (donde podremos invocar a nuestra PERSONA y el juego lucir su derrochadora originalidad).

Un punto injustificable por exigencias del guión es que durante dichas noches, nos trasportaremos a Tartarus, un edificio abandonado de corte neo-barroco que será el único escenario del juego donde pelearemos y prácticamente desarrollaremos la acción que no corresponda a las tareas estudiantiles. Una decisión errónea ya que el escenario resulta agobiante y repetitivo, sin duda uno de los peores puntos del juego. La balanza se equilibra con la vida escolar. Podremos interactuar con los personajes (incluso mantener relaciones sentimentales con algunos, dependiendo de nuestra destreza), practicar deportes y realizar mini-juegos. No alcanza el nivel de iconicidad ni sana crítica social de Bully, pero si ameniza un RPG que evita los tópicos pese a su aparente torpeza inicial.

La evolución de los personajes se corresponde a una serie de cartas que recogeremos tras vencer a enemigos. También podremos comprarlas en diversas tiendas incluso realizar tareas secundarias en una tienda mística para continuar la caracterización. Esta siegue siendo pobre en comparación a un RPG occidental (Morrowind, Mass Effect o Gothic) pero si que aporta matices jugables interesantes.

Los combates están desarrollados por cuadrillas de hasta 4 personajes y ordenaremos sus acciones un poco con la herencia del sistema de los gambit de FFXII, pero sin la profundidad de este. Debido a la cantidad intermitente de combates, podremos denominar mediante un botón su resolución automática, lo que ayudará a los menos pródigos en el género (o con la paciencia menos alterable).

Persona 3 es un RPG atípico dentro de sus cánones clásicos. Es atractivo, divertido y arriesga en la puesta en escena. Jugablemente da un paso adelante en la estricta línea que permite no descontentar a los seguidores más unidireccionales. Otra razón más (y van unas cuantas) para no encerrar a Playstation 2 en el armario).


Puntuaciones

Gráficos: 8.0

Sonido: 8.5

Jugabilidad: 8.0

Duración: 9.0

Multijugador: 0.0

Historia: 8.0

TOTAL: 8.0

Caratula

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