Nos encontramos ante el clásico juego de aventuras que combina acción con resolución de innumerables puzzles, utilizando el antiguo Egipto como escenario de fondo.

Ahora bien, Sphinx es solamente un juego, y la trama ideada para llevarlo a cabo es pura ficción aunque en ocasiones utilice nombres reales de la historia egipcia para sus personajes, por ello, hemos de pedir que nadie intente ver ningún tipo de rigurosidad histórica en su contexto ya que es inexistente.

En Sphinx tomaremos el control de 2 personajes, el propio Sphinx, una especie de ser mitológico y la momia Tutankamon. La historia comienza con Sphinx como protagonista, el cual ha de recuperar la espada de Osiris, y con la que Sphinx habrá de afrontar desde entonces todos los peligros que le acecharán en el resto de aventura. La espada manejada por Sphinx será la protagonista en las secuencias de acción, y también deberá ser usada para la resolución de parte de los puzzles. Por otro lado, una vez avanzada parte del juego con Sphinx, entrará en escena el príncipe Tutankamon, que es convertido en momia por su hermano y desde entonces vagará errante y graciosamente por el juego con el único cometido resolver puzzles uno tras otro, ya que las secuencias de acción son exclusividad de Sphinx y su espada. La diferencia más notoria en el manejo de ambos personajes es sin lugar a dudas la inmortalidad que caracteriza a Tutankamón. Mientras que con Sphinx debemos defendernos de nuestros enemigos y movernos por los escenarios con cuidado, ya que un paso en falso puede acabar con nuestra vida, con Tutankamon no existe este problema, y podremos usar la inmortalidad inherente a una momia en nuestro propio beneficio para la resolución de puzzles.

En cuanto al aspecto gráfico Sphinx se puede considerar un juego perfectamente acabado. Los largos niveles que hemos de recorrer hasta el final del juego, y que podemos explorar sin límite de tiempo, son de gran belleza e incluyen un buen número de motivos egipcios magistralmente modelados. Tanto la iluminación de exteriores e interiores como los efectos visuales de las secuencias de acción son excelentes.

Igualmente, los movimientos de los personajes son del todo correctos. Visualmente hablando, el manejo que Sphinx hace de la espada es bastante espectacular, aunque se podría mejorar el control de la misma, ya que en ocasiones puede resultar complicado su uso al atacar enemigos. El resto de movimientos de Sphinx son de gran dinamismo acorde al papel que desempeña en el juego. Asimismo los erráticos y divertidos movimientos de Tutankamon están también muy conseguidos.

En cuanto al aspecto sonoro del juego, dejando a un lado la incomprensible afonía de los personajes, que criticaremos más adelante,  podemos decir que se ha resuelto también correctamente. Los innumerables efectos de sonido durante los momentos de acción y las secuencias animadas son en general bastante buenos.  Y la música de fondo que acompaña a la práctica totalidad del juego ambienta de forma acertada cada lugar, variando desde ritmos más relajados y pausados en las escenas exteriores tranquilas a melodías más inquietantes en lugares más lúgubres que se aceleran al aproximarnos a puntos conflictivos.

Uno de los puntos flojos de Sphinx es que solo podrás salvar la partida en los lugares habilitados en el juego para ello, y no en cualquier momento. Esto generalmente suele ser un incómodo inconveniente, ya que si hemos avanzado una parte considerable del juego pero no hemos llegado todavía a un punto de salvado, y por las razones que sean tenemos que dejar de jugar o perdemos todas las vidas de la partida actual, deberemos repetir una vez más todo el camino desde la última vez que grabamos. Este problema, que en muchos juegos que utilizan este sistema para grabar las partidas, es una simple molestia, en Sphinx se acentúa hasta el punto de llegar a irritar en ciertas ocasiones, debido al sistema conversacional de subtítulos que comentaremos posteriormente. Otro aspecto criticable son los tiempos de carga de algunas escenas. La pantalla con el lacónico mensaje "Cargando ..." con su correspondiente tiempo de espera, se visualiza más de lo que debería ser necesario.

Pero sin lugar a dudas, lo que más llama la atención negativamente en Sphinx es la ausencia de voz de los personajes, los cuales se limitan a simples suspiros de admiración, quejidos y sonidos guturales en determinadas circunstancias, que unidos a su mutismo no dejan de parecer un poco ridículos. Este tipo de videoaventura conversacional, en la que los personajes se limitan a mover la boca cuando tienen que decir algo sin emitir sonido alguno, y el jugador tiene que leer los subtítulos presentados en la parte inferior de la pantalla para saber lo que nos están diciendo, nos recuerdan a las vetustas videoaventuras de plataformas de 8 bits, que si bien todos guardamos muy buenos recuerdos de ellas gracias a los inmejorables momentos que nos han hecho pasar antaño, no son de recibo en pleno siglo veintiuno con el derroche tecnológico de los sistemas actuales. Y es que, aunque a todos se nos vengan a la memoria innumerables magníficos videojuegos de hace 15 años, ¿a alguien le gustaría adquirir hoy en día un juego con los 4 colores chillones de una vieja CGA? Como comentamos anteriormente el resto de sonidos en el juego (efectos sonoros y música ambiente) son de bastante buena calidad lo que hace, si cabe, más sorprendente este problema. Además, el sistema de conversación mediante subtítulos tiene otro inconveniente añadido. Y es que, para avanzar en la conversación debemos pulsar una tecla, lo que unido al sistema de salvado utilizado por el juego comentado en el párrafo anterior, hace que cuando tengamos que repetir partes del juego (y esto lo vamos a tener que hacer en bastantes ocasiones) sea necesario pasar manualmente la 'conversación' de nuevo, ya que no hay forma de saltársela. Lo mismo sucede con las secuencias animadas, las cuales deben ser visualizadas por completo cada vez que tengamos que repetir alguna fase del juego, sin posibilidad alguna de ser abortadas.

Los inconvenientes mencionados anteriormente deberían ser considerados males menores para la multitud de aficionados a las largas videoaventuras, ya que en el resto de aspectos el juego se comporta con una calidad más que aceptable y posee todos los ingredientes deseables para los amantes de este género. Una bonita historia faraónica del antiguo Egipto. Largos mundos a explorar con muy buenos gráficos en lo que a decorados se refiere. Un buen número de personajes y enemigos. Muchos objetos que recoger con los que interactuar. Movimientos de calidad en los protagonistas.  Y puzzles, muchos puzzles para resolver de variada complejidad que agradarán a los jugadores más exigentes.

Puntuaciones

Gráficos: 8.5

Sonido: 6.0

Jugabilidad: 7.1

Duración: 8.1

Multijugador: 0.0

Historia: 7.2

TOTAL: 7.9