Un nuevo juego de carreras llega a la Xbox 360, esta vez desarrollado por Genki, una compañía japonesa con experiencia en este tipo de juegos
No se cuantos recordaréis la serie Tokyo Xtreme Racer, unos juegos de conducción callejera a la japonesa que aquí pasaron bastante desapercibidos pero que en algunos países europeos y en Japón fueron un relativo éxito, con fans bastante fieles sobre todo a su segunda entrega de DreamCast. Tras pasarse a la PS2 con dos títulos, Tokyo Xtreme Racer: Zero y Tokyo Xtreme Racer: 3, que eran un poco más de lo mismo, Genki, la compañía detrás de estos juegos se vuelve a cambiar de plataforma para estrenarse en una consola de Microsoft, la Xbox 360.
Import Tuner Challenge supone un cambio de nombre en la franquicia, aunque la esencia sigue siendo la misma: carreras urbanas en la ciudad de Tokio, ambientadas en los alrededores de la famosa autopista Shuto Expressway. Ubi nos ha hecho llegar una versión beta que hemos tenido la oportunidad de destripar en la Xbox 360 de Debug.

Al empezar el modo carrera (no podía faltar en este tipo de juegos) se nos da una cantidad de créditos que nos sirve para comprar uno de los coches “básicos” de los 18 incluidos en esta versión, todos de marcas japonesas como Mazda, Mitsubishi, Nissan, Subaru y Toyota. El número de coches puede parecer insuficiente si lo comparamos con los centenares que incluyen juegos como Project Gotham Racing 3 o Forza, pero el fuerte de este juego no es la cantidad, si no las cosas que podremos hacer con ellos: los aficionados al “tunning” van a flipar con Tokyo Xtreme Racer. Los que conozcáis Forza os haréis una idea si os cuento que la cantidad de modificaciones (sobre todo estéticas) que podremos hacer al coche deja a la altura del barro al juego de Microsoft Game Studios. Spoilers, laterales, cristales, dibujos, pinturas, ruedacas, tubarros de escape… Casi cualquier cosa que os podáis imaginar es posible, desde lo minimalista a lo decididamente Hortera con mayúsculas, y los coches de nuestros rivales nos dan pistas de hasta donde se puede llegar si nos ponemos en plan “A todo Gas”. Nuestro garaje virtual se convertirá en una colección de cochazos con los que vacilar a la gente cuando jugamos online (se llega a ver cada cosa…).
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