Los 90 vuelven a estar de moda.
Es muy difÃcil haber tenido un PC para jugar en los años 90 y no conocer a la mÃtica Apogee, después renombrada a 3D Realms. Distribuidores de juegos imprescindibles en aquella época, como Duke Nukem 3D, también nos ofrecÃan juegos de lo más interesantes a un precio muy asequible, alcanzando su máxima popularidad cuando eran distribuidos con los periódicos como El Mundo, o revistas como Tiempo. Halloween Harry, Mimi and the Mites, Mystic Tower, Cosmic Cosmo, One Must Fall... juegos no disponibles en ningún otro sistema que nos hacÃan más llevadero el hecho de que nuestros padres no quisieran comprarnos una Megadrive o una Super Nintendo.
Tras años de inactividad, ambas compañÃas han vuelto a la vida, volviendo sus juegos a la distribución digital, y financiando otros en la misma lÃnea, como este Rad Rodgers. En esta ocasión, la nueva 3D Realms cuenta con los daneses Interceptor Entertainment (ahora Slipgate Studios) después de su fantástica adaptación de Rise of the Triad, y les encomienda la difÃcil tarea de volver a traer a la vida el siempre divertido género de las plataformas.
¡MultiplÃcate por cero!
Rad es un niño normal y corriente, quizá algo enganchado a los videojuegos, que un dÃa se queda dormido jugando a su consola. Entonces, es absorbido por su televisión, llevándole a los peligrosos mundos de fantasÃa en a los que jugaba hasta hace un momento. Aunque, por suerte para él, no estará solo, y contará con la ayuda de Dusty ,su vieja consola, y un buen par de pistolas. Porque si algo aprendimos de los 90, si algún problema no se solucionaba disparando, era porque no le habÃas disparado lo suficiente.
El juego, por increÃble que parezca, es un tÃtulo de plataformas normal y corriente. No pretende ser más, no se queda corto y es menos. Es un tÃtulo que, personalmente, me recuerda en control a Abuse, el relativamente desconocido juego de plataformas de los 90 cuya principal novedad fue separar el control del personaje (con el teclado) y a donde apuntábamos o disparábamos (con el ratón). En esta ocasión contaremos con el mismo esquema de control, aunque el juego también se adapta perfectamente a un mando, siendo, en mi opinión, la mejor manera de jugarlo.

Siguiendo el mismo espÃritu de los juegos de plataformas de entonces, Rad Rodgers es un desafÃo de habilidad, con plataformas y saltos cada vez más complicados conforme avancemos en el juego, combinándolos de manera constante con los "puzles" del pixelverso, una dimensión paralela (y muy plana) a la que sólo podrá acceder Dusty, nuestra consola. El juego también supone un desafÃo de exploración, con todo tipo de secretos y recovecos, incluyendo guiños a otros juegos, y, como todo buen juego de PC después de Doom, los disparos y la acción forman parte fundamental del tÃtulo, con cuatro armas diferentes a cada cual más mortÃfera, desde la clásica metralleta hasta el siempre espectacular lanzagranadas.
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