Twin Peaks y Expediente X son dos series de gran influencia en los 90 y que hoy en día siguen siendo un fetiche nostálgico para muchos. Con la idea de crear una experiencia interactiva que recuerde a estas dos series, y basándose en un caso real del FBI, los novatos miembros Variable State han creado el juego que hoy analizo para vosotros.
Primero película, después juego
Virninia no es un juego al uso. Podríamos catalogarlo dentro de la categoría de “walking games” (o juegos de andar) aunque en realidad se trata de una versión mucho más escueta, dirigida y argumental de lo acostumbrado. Su simple mecánica, basada en la navegación en primera persona por entornos cerrados, y la inclusión de un marcador central que nos indica la proximidad de un punto interactivo, están diseñados con la intención de potenciar su linealidad.
El argumento de “V” nos pone en el papel de una agente afroamericana del FBI a la que se le asigna la doble misión de investigar a su compañera, mientras ambas intentan descubrir el paradero de un niño desaparecido. Su peculiar narrativa es uno de los principales motivos para dedicar las casi dos horas que dura. Ningún actor emplea las palabras para comunicarse; tan solo los gestos, el contexto y el sonido generan la información necesaria para interpretar lo que ocurre. Esto, unido a la cámara subjetiva, y la inclusión de algunos recursos cinematográficos generan una experiencia tan dinámica como confusa.
El legado de David Lynch
A medida que transcurre la trama, la naturaleza onírica de sus escenas comienza a predominar, llegando a convertir la historia en un sueño simbolista y abstracto que permite la libre interpretación por parte del espectador. Un hecho que creo, no gustara a todos, especialmente a los que esperen encontrarse con la trama policiaca de enfoque clásico y toques paranormales que promete en sus primeros minutos.
La sobresaliente banda sonora, que ocasionalmente recuerda a la inquietante Twin Peaks, compensa con creces el aspecto visual minimalista, centrado más en el uso de los colores y las formas que en el propio detalle. En conjunto logran dotar de un carácter muy particular y reconocible al título, y potenciar emocionalmente algunos momentos memorables.
No ofrece muchos motivos para la rejugabilidad, pero cuenta con un buen número de logros que requieren la interacción ciertos objetos recónditos, en momentos que la dinámica del juego no siempre favorece. Afortunadamente, una vez completada cada escena, podemos regresar a ella libremente para poder optar por ellos.
