Tras el espanto que me supuso “revivir” Commandos 2, es hora de echar un vistazo al segundo juego de la compilación, Praetorians, un juego de estrategia en tiempo real, un título algo adelantado a su tiempo que ya se alejaba de la gestión de recursos para ofrecer una mayor acción. La cuestión vuelve a ser la misma. ¿Merecerá la pena revisitar este título, o será sólo una reliquia dedicada con amor a quienes aún recuerden el título?
A comandar las centurias
Praetorians es un juego salido inicialmente en 2003 para PC de claro componente histórico que nos ponía en la piel de Tito Labieno, uno de los lugartenientes del César. El título destaca por ser uno de los primeros juegos de estrategia en tiempo real que eliminaba la mecánica clásica de construcción y mantenimiento de bases, instaurada con tanto éxito a principio de los 90 en Dune 2 y perfeccionado por sagas como Warcraft o Command and Conquer. Praetorians es un juego ciertamente adelantado a su tiempo, ya que su objetivo era que estuviéramos más tiempo comandando el campo de batalla, y ordenando a nuestras unidades, y menos microgestionando los recursos o los constructores y recolectores. Aunque, claro, estamos en 2003, y eso de juegos en los que sólo nos encarguemos de una unidad a la hora de atacar, o que los ejércitos se dividan en unidades, siendo estas las únicas partes “controlables” del nivel es algo que aún sonaba muy extraño.
La jugabilidad del título permanece inalterada desde hace diecisiete años, por lo que resulta curioso jugarlo con la perspectiva de la estrategia de hoy en día. Descubriremos así que Praetorians está en un curioso punto medio, muy alejado del clásico Age of Empires que tan locos nos volvía en aquel momento, pero aun por detrás del nivel de control que tenemos en DOTA o en League of Legends. Aunque, lamentablemente, volver a esta experiencia no será todo lo agradable que podría ser debido, como no, a la falta de ratón de las consolas.
Alta estrategia, con controles largamente probados
Praetorians no contó en su día con una versión de consolas, y el motivo salta a la vista. Como ya comentaba en el análisis de Commandos 2, adaptar a consola cualquier juego para cuya jugabilidad el ratón es una pieza fundamental, es una difícil tarea. Por supuesto, el título tiene levanta todas las alarmas en ese sentido. No sólo estamos ante un juego que suele necesitar de un ratón, sino que además es de estrategia en tiempo real, sin pausas, y con componentes de alta estrategia, por lo que es terriblemente fácil sentirse frustrado si la cagamos, y encima, no conseguimos poner en marcha la solución tan rápido como quisiéramos.
La cuestión es que el juego, en lugar de intentar “innovar” como Commandos 2, pone en práctica un sistema ya testado en otros juegos de estrategia adaptados a consola. Praetorians suple la falta de ratón centrando el cursor en mitad de la pantalla, dejándonos mover la cámara con nuestro stick analógico. Por supuesto, no es tan agradable ni directo como manejar por un lado la cámara, y por otro lado el puntero, pero... siempre y cuando no estemos enfrascados en una pelea importante, el sistema cumple. Las veces que tengamos que realizar acciones algo más elaboradas que movernos, atacar o encararnos, una pulsación del mando nos llevará a un submenú muy parecido al de la versión original. De nuevo, un apaño que dista de la comodidad habitual del ratón, o de un atajo rápido, pero que aguanta el tirón.
