Un estilo que Disney ha recuperado en los últimos tiempos y que podemos ver actualmente en gran cantidad de productos de merchandising conviviendo con el estilo más moderno y colorido. Algunos de los elementos del entorno no llegan a encajar del todo bien, mostrando una calidad en las texturas o en el modelado por debajo de la media, pero en su práctica totalidad el juego muestra una gran calidad técnica, con modelados y texturizados muy sólidos que logran crear un mundo consistente. También es de destacar lo elaborado y consistente de los escenarios, siendo capaces de mostrar la trastienda de las atracciones, las ruinas de un castillo o los decorados que componen La Calle del Mal. También juegan un papel importante las físicas, que logran dotar de realismo a los elementos que aparecen en pantalla.
Se puede apreciar bien cuando utilizamos el disolvente para destrozar partes del escenario y ello desencadena que algunas partes se rompan o que algunas maquinarias se pongan en funcionamiento. En resumen, el apartado gráfico cumple con nota. El estilo artístico, las buenas animaciones y lo detallado de los escenarios hacen de Disney Epic Mickey uno de los juegos con mejores gráficos de Wii.
Del cine mudo a la gloria sonora
El apartado sonoro del juego es una auténtica delicia. La selección de temas, tanto propios como adaptados, es excelente y no encontramos ni un solo borrón en todo lo que James Dooley ha concebido para este videojuego. Desde el maravilloso tema principal hasta el sonido del menú de pausa o de la pantalla de inicio han sabido mezclarse con los temas más clásicos, recogiendo la esencia y vivacidad de la música de Disney. A su vez, la colección de temas clásicos remasterizados, especialmente los de los cortos de los años 20, es fantástica, haciendo no solo un homenaje a todo lo que se recupera en este título, sino a la incuestionable calidad de aquellas pequeñas películas que, aún a día de hoy, sigue vigente.
Y no se trata únicamente de la calidad de las piezas musicales, sino del uso que se les ha dado y de cómo son presentadas al jugador. Tanto la música de los cortos más antiguos como los balbuceos de los personajes olvidados de la época del blanco y negro suenan a roto, como si el paso del tiempo hubiese hecho mella en la calidad de la reproducción. Por el contrario, los personajes que siguen gozando del cariño del público y los temas de los mundos suenan con perfecta claridad. También es reseñable que la música de fondo de los diferentes lugares que visitemos cuenta con varias versiones que se van adaptando de forma dinámica a las decisiones del jugador, haciendo que suenen alegres o tétricas dependiendo de si Mickey Mouse abusa de la tinta o del disolvente.
Todas estas características hacen de la banda sonora de Disney Epic Mickey un elemento casi único. No se trata solo de la calidad de los temas o de la capacidad de adaptarse a las situaciones, sino que es un fiel reflejo del mimo que se ha puesto para que todo este gran homenaje sea perfecto en cada uno de sus detalles.
