En la primera ronda sólo podremos obtener los elementos más
básicos y cabras que nos permitirán pagar los salarios y tributos para
que nuestros trabajadores cultiven la tierra. El tiempo que dura una
ronda se divide en días y noches. Durante el día son los jugadores
quienes se desplazan por el tablero para tomar decisiones y realizar
acciones. Las noches se utilizan para hacer recuento y obtener los
recursos resultantes de las acciones del día. El jugador se ve obligado a
hacer un balance entre la obtención de cosechas o cabras, tratando de
que nadie más se le adelante en el proceso, puesto que el primero que
llega es el primero que se hace con el derecho a usufructuar el espacio
que ha elegido. Ser el más rápido es la premisa principal del juego ya
que ser el primero en irse a dormir nos otorgará más cabras para el día
siguiente; ser el más rápido realizando ofrendas nos garantiza más
favores de la diosa.

Quizás suene complicado y enrevesado, pero
una vez puesto en marcha la mecánica es muy sencilla y enseguida nos
metemos en la dinámica consiguiendo manejarnos con soltura. Tras
completar las dos ofrendas del año se pasa a la fase de subasta, donde
pujaremos con los recursos que hemos ganado para adquirir obradores,
fábricas, estatuas o cualquier otro tipo de ventaja como, por ejemplo,
trabajadores extra (generalmente sólo habrá dos por jugador). Las pujas
son dinámicas, pudiendo subir o bajar nuestra oferta durante el tiempo
que dure abierta, lo que da lugar a múltiples tipos de estrategias para
conseguir un precio menor o forzar a nuestro contrincante a que pague
más de lo que está dispuesto a pagar.
Con el fin de la subasta
empieza un nuevo año y con el nuevo año se meten nuevas materias primas y
se aumentan las posibilidades de transformarlas en nuevos productos, lo
que multiplica y dificulta la toma de decisiones a la hora de realizar
las ofrendas. Hay que tener siempre una imagen mental de dónde queremos
ir, qué queremos ofrendar a Inanna y en qué posición están los demás
jugadores. Una cosa importante es que la ronda no empieza hasta que no
nos despertamos, y eso es decisión de cada jugador, que tendrá el tiempo
que necesite para pensar su próxima jornada. Eso sí, una vez empezado
el día, tendrá que estar muy avispado para llegar antes que nadie y ser
capaz de improvisar si alguien se le adelanta.
Acabadas todas
las rondas se hará un recuento final incluyendo las puntuaciones de
todas las rondas y dando puntos extra por los recursos no consumidos.
Una decisión acertada es que las puntuaciones se muestran al final de
cada ronda, pero sólo la actual, ocultando así las puntuaciones
anteriores. De esta forma nos aseguramos que no sea hasta el final
cuando sepamos quién es el ganador.

A nivel de posibilidades el
juego admite cierta configuración. Pueden jugar desde 1 hasta cuatro
jugadores, completando la CPU los que falten hasta esa cifra. La
longitud de las partidas, así como la dificultad de las mismas también
será ajustable. Esto se agradece especialmente, ya que en el nivel más
bajo es muy fácil ganar en cuanto conocemos los movimientos más básicos,
pero la CPU puede llegar a ser una abusona si elevamos un poco el
nivel. También se permiten modificar algunas reglas básicas sobre el
juego, pero no hay nada mucho más allá.
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