Mis primeras andadas con esto de los “simuladores de conducción”, en consola, fue con el primer Gran Turismo de PSX, hace ya 20 años. Tampoco había muchas opciones por aquel entonces y GT se convirtió en un referente para otros que apenas lograban hacerle frente. Con los años, la saga de Poliphony Digital fue dando pequeños pasos en la dirección de mejorar la sensación de conducción y globalizarla, puliendo su control a la vez que mejoraba su apartado audiovisual.
GT Sport nos llega con la promesa de dar en un salto en la dirección de los e-sports. Una mejora con escasos cambios augurados por la continuista fórmula de sus predecesores, que cuenta, esta vez, con la gran desventaja de que ya no es la única opción.
A rebufo de la competencia
Tras la parsimoniosa secuencia de introducción, GTS nos deja desnudos delante de un enorme menú repleto de opciones, mucho antes de ponernos manos al volante. Culpa del mal diseño de interfaz que peca de exceso de información, como ya sufrimos en anteriores títulos de la saga.
Tras identificar los accesos principales, pude echarle un ojo general a lo que nos ofrece el juego y encontrarme con otra desagradable sorpresa. El escaso número de vehículos (160 frente a los 700 de Forza 7) y de trazados (17 frente a los 32 de Forza 7) sugiere dos cosas: que el juego debería tener un precio más ajustado y que tienen planificado vendernos el contenido ausente, en un futuro.
Pese a ser pocos, hay que reconocer que el acabado visual es excelente, tanto en coches como entornos. Sin embargo, sus físicas se han quedado claramente muy por atrás, manteniendo la sensación de controlar maquinas carentes del peso e inercia natural en ellas. Sensación que no hace más que empeorar cuando corremos en pistas de tierra, pues el coche parece comportarse más como un overcraft que como lo haría un vehículo de rallies.
Otra gran perdida en este GTS es la variación climática en las pistas. Tan solo podremos disfrutar de los cambios de iluminación en los diferentes tramos del día disponibles. Una lástima, pues tanto Forza 7 como Driveclub cuentan con impresionantes efectos climáticos que desafían nuestra conducción y que hubieran multiplicado la rejugabilidad de los recorridos de este GTS.
Por último, GTS tampoco cuenta con desperfectos en los vehículos. Algo que puede no gustará a algunos, pero que salvaguarda la estética pulcra y el amor por la estética de estas asombrosas maquinas, fiel en la saga Gran Turismo.odiosas.
