A día de hoy en Nueva York. Una emboscada a cargo de los SWAT permite arrestar a uno de los contrabandistas más peligrosos.
El escuadrón de SWATS se queda sorprendido cuando una vez registrado el comboy de los contrabandistas, en lugar de armas, encuentran una bomba que procede de una partida de registro anterior en las se incautaron cuatro, las cuales se creían perfectamente custodiadas.
Desde este momento, la acción se apresura vertiginosamente, ya que los SWAT disponen de un tiempo límite para recuperar las otra cuatro bombas antes de que caigan en las manos incorrectas.
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