El catálogo de golpes y movimientos de Kirby también se ha visto
reducido enormemente. En todas las entregas de la saga, cuando Kirby
obtiene un poder, cuenta con un montón de ataques en función de cómo
ejecutemos las órdenes con los botones y el stick. Aquí esa capacidad se
ha limitado a un golpe simple, golpe especial, cargado y aéreo, además
del salto. Por razones obvias, se ha eliminado la posibilidad de
absorber a los enemigos. Supongo que esta reducción de movimientos se
debe al salto que han dado los escenarios hacia las tres dimensiones. Al
no contar con un desplazamiento lateral se haría mucho más complicada
la ejecución de combos. A pesar de que suponga una limitación en cuanto a
opciones, es una simplificación de la fórmula que, personalmente, le ha
sentado bien. Aunque los fans más clásicos echarán de menos todas las
opciones.

Dicho esto, la chicha propiamente dicha está en dos
modos de juego principales. Por un lado el modo Combates y por otro el
modo Historia. Se podría decir que ambos son lo mismo, con la salvedad
de que el modo Historia está pensado para un solo jugador y ofrece
combates prefijados contra la CPU. La misión del jugador es ir escalado
en cinco ligas diferentes para conseguir hacerse con la tarta soñada.
Aunque funciona bien y hace las veces de un tutorial para presentar los
contenidos del juego, lo cierto es que la CPU, incluso en los niveles
más elevados, es incapaz de ofrecer un reto suficiente como para que el
jugador pueda llegar a pasarlo mal en algún momento. La duración tampoco
es nada de otro mundo, ya que ronda las cuatro horas, pero dada su
naturaleza, tampoco vemos que debiera alargarse mucho más.
Clone Wars
Gracias
a la parca historia de Battle Royale hemos descubierto el origen de los
Kirby de colores. Han estado presentes en un montón de aventuras, con
un papel destacado en la serie Smash Bros, siempre sirviendo como apoyo
para el modo multijugador. Aquí no va a ser menos, habida cuenta de que
estamos ante un título enfocado a jugar en compañía. Es por eso que la
gran baza del juego está en el modo Combates. Aquí podremos configurar
nuestros propios combates, con diferentes números de pruebas,
permitiendo que compitamos en solitario contra la máquina o contra
amigos en modo local. Para ello se habilita el modo Descarga,
permitiendo que hasta cuatro personas jueguen con una única tarjeta de
juego. Y eso siempre es de agradecer. Hay que recalcar que este modo de
juego es independiente del modo Historia, por lo que todas las
transformaciones que consigamos en el modo historia no podremos traerlas
aquí, tendremos que comprarlas en el menú de Colecciones.
Otra
diferencia con respecto al modo principal de 1 jugador es que aquí
podemos usar Orbes de Poder. Antes de cada combate se nos da la opción
de equipar a nuestro luchador con hasta tres piedras que nos otorgarán
diferentes beneficios. Algunas, las más débiles generalmente, tendrán
efecto durante todo el combate, mientras que otras tendremos que
activarlas en el momento en que mejor nos convengan. Aunque no es un
giro de guión en lo que a jugabilidad se refiere, sí que se consigue
ampliar la experiencia de juego y se le da cierto toque estratégico.

Si
queremos echarle un vistazo al modo de Combates Online tenemos que
mirar las características del anterior, pero con muchas menos opciones
de configuración, la no opción de jugar con amigos y un parque de
usuarios bastante reducido. Sin duda no es el mejor de los escenarios
para un juego de estas características.
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