Lo malo es que los momentos de acción no acaban de cuajar. Después de ejemplos como Condemned que nos proponÃa situaciones de enfrentamientos similares, Penumbra se queda en soso o incompleto. La escasez de armas de fuego, se traduce aquà como falta de intensidad en los combates. Podemos mover cualquier objeto mediante gestos del ratón y además la pantalla está libre de indicadores lo que ayuda considerablemente a la inmersión en el juego. Todo parece transmitirnos una sensación de extrema libertad para una aventura gráfica y de escasa acción para un shooter. Digamos que se queda entre medias.

El entorno y el diseño de niveles, consigue solucionar en parte esta falta de acción real. A través del uso de la oscuridad se nos propondrán diferentes variedades de situaciones, en la mayorÃa de los casos para esquivar enemigos. También podremos asustarnos si nos quedamos mucho tiempo escondidos por lo que tendremos que tener cuidado. Consigue engancharnos, que es lo importante, y se ven buenas ideas detrás.
Gráficos
El motor gráfico de Penumbra: Black Plague apenas ha variado respecto al de su primera entrega, aunque por supuesto se le han añadido muchos de los efectos y los shaders de última generación.

Las texturas son de buena calidad pero tienen poca resolución y se le añaden los efectos justos tales como blur effect al girar o una especie de Vsync hecho a posta. Eso sÃ, se ha trabajado muy bien la iluminación y cuenta con una variedad e luces importante, todas ellas de buena calidad. La atmósfera de tensión y decadencia se ha conseguido de manera exitosa y no es de extrañar que nos llevemos algún susto que otro. Los modelados de los objetos están bastante bien, algo anticuados pero correctos y el motor fÃsico llama la atención sobre todo por la clase de juego en la que ha sido integrado.
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